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Televisores y salud pública: el daño ambiental del apagón analógico

Televisores análogos desechados en la calle, en Guadalajara. Foto: Cortesía de Gerardo Bernache

Televisores análogas ocasionarán un gran volumen de basura electrónica con monóxido de plomo, nocivo para la salud

Televisores análogos desechados en la calle, en Guadalajara. Foto: Cortesía de Gerardo Bernache
Televisores análogos desechados en la calle, en Guadalajara. Foto: Cortesía de Gerardo Bernache

Por Agustín del Castillo

24 de noviembre de 2014.- La llamada «transición digital» ha arrancado en todo el país. En el caso del Área Metropolitana de Guadalajara se prevé entregar cerca de 477 mil pantallas planas, y la cifra nacional rondará 3.8 millones de aparatos. El reto ambiental es descomunal dada la ausencia de un plan de estado que permita recibir y canalizar los televisores analógicos que pasarán a desecho.

Sofía Chávez Arce, del proyecto Ecovía, «Educación para la sustentabilidad en residuos, acopio y gestión», alertó sobre las consecuencias y mostró fotografías de aparatos desechados en la colonia Moderna en Guadalajara, tomadas por el académico Bernardo Bernache.

«Es la consecuencia del cambio a la televisión digital carente de un sistema de educación, recolección y reciclaje oportuno y adecuado para las televisiones analógicas. En total calculamos que se podrían desechar entre 17 y 20 millones de televisiones analógicas por la transición a la televisión digital en México», refirió la activista.

Cada uno de estos aparatos contiene en promedio un kilo de monóxido de plomo.

«La exposición al monóxido de plomo se da principalmente por inhalación o ingestión. El plomo dentro del organismo se acumula y permanece en el cuerpo por largos periodos de tiempo. La inhalación o ingestión de monóxido de plomo puede ser fatal».

«Una vez el plomo ingresa al organismo pasa rápidamente al torrente sanguíneo y se distribuye de forma no homogénea en el cuerpo, al poco tiempo ingresa al tejido blando: hígado, riñones, pulmones, cerebro, bazo, músculos y corazón, seguido de una distribución lenta a los huesos y en algunos casos se puede acumular en los dientes. La vida media del plomo en la sangre y el tejido blando es de alrededor 28-36 años, pero puede ser mucho mayor en los huesos», agregó Sofía Arce.

De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, la exposición al monóxido de plomo puede causar irritación de la piel, ojos y aparato respiratorio. Afecta el tejido de las encías, el sistema nervioso central, riñones, sangre y sistema reproductivo. El plomo afecta casi todos los órganos y sistemas del cuerpo. El más susceptible es el sistema nervioso central.

Los efectos son los mismos al ser ingerido o inhalado. Exposición a altos niveles causa debilidad en dedos, muñecas y tobillos, puede afectar el sistema reproductivo masculino y posiblemente afecta la memoria. Además causa anemia, disminución de las células sanguíneas y alteración de las funciones nerviosas.

Los niveles de plomo en la sangre permitidos por la organización mundial de la salud han bajado y ahora se dice que no se puede determinar un nivel permitido, por lo cual se presume que es cero, para lo cual se puede consultar el siguiente enlace: http://1.usa.gov/1tqJyUN .

De este modo, hay un riesgo inobjetable para la salud pública y no hay publicitada una estrategia de parte del sector ambiental, que encabeza la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, alertó Chávez Arce.

Agustín del Castillo

Periodista especializado en temas de medio ambiente. Ganador del premio para América Latina de la Fundación Reuters y la UICN en el año 2008. Obtuvo el Reconocimiento Nacional de Conservación de la Naturaleza en 2005, y el premio nacional de periodismo ambiental 2010 patrocinado por la UdeG y Greenpeace. Galardonado en varias ocasiones con el Premio Jalisco de Periodismo.