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El uso cotidiano de plásticos puede afectar nuestra salud

Es tan común que usemos productos plásticos como botellas de agua o contenedores de comida, que no nos damos cuenta que estamos en contacto con estos recipientes durante largos periodos de tiempo

Por: Miranda Peralta Denisse Guadalupe 

20 de mayo de 2020.-¿Sabías que el uso constante de plástico en alimentos puede dañar tu salud? A lo largo de nuestra vida cotidiana utilizamos el plástico en casi todo, incluyendo nuestros alimentos. Es tan común que usemos productos plásticos como botellas de agua o contenedores de comida, que no nos damos cuenta que estamos en contacto con estos recipientes durante largos periodos de tiempo. Esto puede ser malo para nuestra salud ya que en un futuro puede generar alguna enfermedad o afectación.  Antes de hablar de ellas conoceremos más sobre los plásticos.

¿Qué son los plásticos?

Los plásticos son pequeñas cadenas de elementos como carbono, oxígeno e hidrógeno las cuales se encuentran unidas como si fueran un collar de perlas. Los plásticos  poseen características moldeables y flexibles que les permite ser moldeados en distintos objetos sólidos. Existen diferentes tipos de plásticos como son  las llantas, botellas, platos, recipientes entre muchas cosas más (Thompson et al., 2009).

Entre los plásticos que utilizamos con mayor frecuencia para empacar o contener alimentos se encuentran el polietileno tereftalato o PET que comúnmente es muy utilizado para elaborar botellas, como  de agua, leche, yogurt etcétera. Otro tipo de plástico es el poliestireno o unicel el cual es usado en platos, contenedores de comida para llevar, y vasos.

En estos dos tipos de plásticos utilizan una gran variedad de sustancias químicas para su elaboración entre ellos destacan el bisfenol A y los ftalatos. El bisfenol A o BPA es una molécula muy pequeña que brinda resistencia y transparencia, está presente en los plásticos como biberones, envases para alimentos, botellas de bebidas como agua o leche. Los ftalatos son materiales químicos que se utilizan para dar flexibilidad a los plásticos, estos los podemos encontrar en cosméticos, botellas de bebidas, tubos como el PVC entre otros (Pérez-Andres et al., 2017).

Estos componentes químicos están autorizados para la elaboración de plásticos pero debido a que pueden migrar a los alimentos, diferentes  comisiones  de reglamentos han establecido un límite de presencia en los envases.

¿Cómo puede afectar el uso de plásticos nuestra salud?

*El BPA/Bisfenol

El BPA puede liberarse de los envases o contenedores cuando son sometidos al calor o acidez de la comida generando que los alimentos que ingerimos estén contaminados, también pueden llegar a nosotros mediante el aire con la inhalación de estas sustancias las cuales llegan al aire a través de  la evaporización de bebidas (Halden, 2010).

Cuando el bisfenol entra a nuestro cuerpo, este es metabolizado o descompuesto en el hígado de manera rápida, logrando llegar con mayor velocidad a todo el cuerpo y afectar a diferentes órganos y funciones.

Entre los efectos a la salud del BPA se encuentran que actúa como disruptor endocrino, es decir que se puede hacer pasar por hormonas, provocando una alteración hormonal en el cuerpo. Esto se debe a que  el BPA tiene una composición química similar a la de las hormonas conocida como  anillo fenólico (Juan-García et al., 2015). Provocando afectaciones reproductivas como infertilidad, problemas en el embarazo como diabetes gestacional, partos prematuros, bebés con bajo peso, o incluso consecuencias más graves como  abortos, y disfunción arterial. (Rochester, 2013).

*Los Ftalatos

Los Ftalatos pueden llegar a nosotros a través  de recipientes y envases de comida, cuando consumimos algún alimento contaminado por esta sustancia, como ya mencionado en la liberación del BPA, además se pueden absorber a través de la piel, por medio del maquillaje y otros productos de cuidado personal, e incluso a través del aire como en el caso de pinturas que contienen este material y liberan gases que se quedan en el aire y nosotros podemos respirar (Halden, 2010).

Entre las afectaciones  a la salud que puede causar se encuentran riesgos de inflamación en las vías respiratorias, problemas hepáticos, desarrollo de cáncer uterino, mama,  próstata entre otros. También actúa como disruptor endocrino que causa alteraciones hormonales, y problemas durante el embarazo como los antes mencionados en el caso del bisfenol,  (Bustamante-Montes et al., 2001).

¿Qué podemos hacer para disminuir esta problemática?

Son varias las acciones que podemos hacer para prevenir las enfermedades ocasionadas por el uso de plásticos en alimentos. Vamos a conocerlas:

  • La más importante disminuir la frecuencia con la que utilizamos este tipo de recipientes o contenedores.
  • Otra acción útil es evitar los uniceles en alimentos o bebidas calientes como café o comida para llevar, debido a que el calor ocasiona la liberación del BPA. Para esto podemos remplazarlo por termos, envases de vidrio, cerámica o plásticos que sean libres de BPA y Ftalatos.
  • Consumir lo menos posible comida enlatada, ya que en las latas también están presentes estos químicos y pueden contaminar nuestra comida.
  • También evitar meter contenedores de plástico al microondas ya que de igual manera reaccionan con el calor. En caso de que se lleguen a utilizar buscar contenedores de buena calidad y que tenga una numeración adecuada para resistir altas temperaturas,  en este caso corresponde el número 5. Esta numeración suele encontrarse en la parte inferior de los plásticos enmarcada en un triángulo pequeño con un número adentro y dependiendo de la numeración es el uso correspondiente del plástico.

Todas estas medidas tienen un beneficio doble, por un lado cuidamos nuestra salud y por el otro ayudamos al medio ambiente, al generar menos basura que sature los vertederos o que termine en la calle y llegue al mar.

Bibliografía:

Bustamante-Montes, P., Lizama-Soberanis, B., Olaíz-Fernández, G., & Vázquez-Moreno, F. (2001). Ftalatos y efectos en la salud. Revista Internacional de Contaminacion Ambiental, 17(4), 205–215.

Halden, R. U. (2010). Plastics and Health Risks. Annual Review of Public Health, 31(1), 179–194. https://doi.org/10.1146/annurev.publhealth.012809.103714

Juan-García, A., Gallego, C., & Font, G. (2015). Toxicidad del Bisfenol A: Revisión. Revista de Toxicologia, 32(2), 144–160.

Pérez-Andres, L., Díaz-Godínez, R., Luna-Suárez, S., & Sánchez, C. (2017). Características y usos de los ftalatos. Mexican Journal of Biotechnology, 2(1), 145–154. https://doi.org/10.29267/mxjb.2017.2.1.145

Rochester, J. R. (2013). Bisphenol A and human health: A review of the literature. Reproductive Toxicology, 42, 132–155. https://doi.org/10.1016/J.REPROTOX.2013.08.008

Thompson, R. C., Moore, C. J., Saal, F. S. V., & Swan, S. H. (2009). Plastics, the environment and human health: Current consensus and future trends. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 364(1526), 2153–2166. https://doi.org/10.1098/rstb.2009.0053

 

*Miranda es estudiante de la Licenciatura en Biología en el Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara

Redacción