Verdebandera

Murciélagos: 56 especies que preservar en Sierra de Amula y Costa Sur

Murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) (Foto: Jesús Moreno)

En México se tienen registradas alrededor de 140 especies de murciélagos; 72 circulan sólo en Jalisco y al menos 56 especies habitan en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur

Por: Mayra Vargas / Letra Fría

12 de julio de 2020.- Los quirópteros o murciélagos han sido una de las especies estigmatizadas por relacionarlos con el virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19, sin embargo, hasta el momento no existe evidencia científica que respalde esta teoría, por lo que se llama a la población a protegerlos, pues desempeñan funciones muy importantes en el ecosistema.

A nivel mundial se tienen registradas al menos 1 mil 116 especies de murciélagos. Cerca de 140 habitan en México, 72 circulan sólo en Jalisco y al menos 56 especies las encontramos en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur de Jalisco, de acuerdo con el Dr. Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, profesor investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur, especialista en ecología y conservación de fauna silvestre y quien desde hace 35 años trabaja en el estudio de estos mamíferos en dichas regiones.

El profesor investigador menciona que estos animales tienen otras características especiales. Por ejemplo, son los únicos mamíferos que pueden volar, además casi todos son crepusculares y vuelan en la tarde o son nocturnos, pero en la noche no hay luz, entonces ¿cómo le hace un animal volador para no estrellarse con todo lo que hay alrededor?:

“Otra característica importante es la ecolocación o ecolocalización, que es básicamente emitir sonidos ultrasónicos que nosotros no podemos escuchar y a partir de eso, las ondas que rebotan, los ecos los utilizan para esencialmente ver con el sonido, y entonces pueden ubicar dónde están los obstáculos para no chocar, pero también en caso de los insectívoros, ubican dónde están los insectos para perseguirlos y comérselos, son su presa”, explicó el experto en entrevista a Letra Fría.

Los murciélagos, ecológica y taxonómicamente son muy diversos, porque hay murciélagos que son insectívoros, nectarívoros, frugívoros, piscívoros, omnívoros, carnívoros que cazan a otros vertebrados y también los hematófagos, que se alimentan exclusivamente de sangre.

De acuerdo con Íñiguez Dávalos, en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur de Jalisco se cuenta con murciélagos de casi todos los tipos de alimentación, los únicos de los que no hay registro es de los carnívoros:

“Pero de todos los demás sí los tenemos aquí en nuestra región, así que se vuelve una región muy interesante. Además, tenemos murciélagos que vienen del ambiente tropical, pero también tenemos de los que vienen del ambiente templado del norte, entonces aquí se mezclan murciélagos del neártico con los del neotrópico, lo cual es una combinación que no en todas partes ocurre”, explica el investigador.

En México se tienen registradas alrededor de 140 especies de murciélagos; 72 circulan sólo en Jalisco y al menos 56 especies habitan en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur. (Foto: CU Costa / UdeG)
Foto: CUCosta / UdeG

¿Disminución o aumento de especies?

El especialista en ecología y conservación de fauna silvestre explica, que puede haber especies que hayan incrementado o disminuido en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur, sin embargo, esta situación no se tiene muy clara, debido a que no se cuentan con muchos datos, pues la forma de trabajar con murciélagos se torna en ocasiones difícil por distintas razones:

“Son animales un poco difíciles de trabajar, primero porque vuelan, entonces no los podemos atrapar con trampas en el piso, tenemos que poner una red y a ver cuáles caen en la red y cuáles no, porque va a haber unos que vuelen muy arriba y jamás van a caer en la red, entonces de esos tenemos muy poquito conocimiento porque nunca los capturamos”.

Respecto a los frugívoros, nectarívoros, hematófagos y algunos que sí vuelan más bajo, adentro del bosque, de esos sí cuentan con más información:

“De todas maneras trabajar con redes no es como trabajar, por ejemplo, con roedores, porque uno no puede calcular una densidad, es decir, no sabemos cuántos animales hay, aunque sí tenemos idea de la abundancia”, detalla el experto.

Otra forma de estudiar a los murciélagos es a través de ultrasonidos y el investigador ya tiene algunos años incursionando en ello, pues ahora cuentan con grabadoras ultrasónicas que les han permitido registrar especies que no caen en las redes:

“Sí nos permiten en algunos casos decir si hay más o menos murciélagos en función de los sonidos que grabamos, el problema es que como ahorita tenemos apenas unos años con esto, es difícil establecer una tendencia de si hay más o si hay menos”.

Una tercera forma de estudiar a los quirópteros es ir a las cuevas, a los refugios donde se encuentran y trabajarlos ahí. Íñiguez Dávalos explica que, como investigadores, los esperan en la entrada de una cueva o ingresan a ella. Ahí los cuentan con ayuda de video térmico o infrarrojo con sonidos. También los analizan a la salida o dentro de las cuevas observando las paredes donde se posan:

“Hay gente, por ejemplo, en cuevas que tienen muchos murciélagos, lo que hacen es que estiman el número de metro cuadrado que cubren el ancho del murciélago, toman una foto digital. Vamos a decir, en un metro cuadrado y lo cuentan así, cada cabecita, -en un metro cuadrado hay tantos y tenemos tanto metros cuadrados-, ese tipo de estimaciones se hacen”.

En cuevas, con redes y ultrasonidos son las tres maneras principales de estudiar los murciélagos, sin embargo, ninguna de las tres dice con toda certeza si la población está creciendo o está decreciendo, pero puede dar indicios, de acuerdo con el investigador.

Polinizador de pitayas

El murciélago magueyero menor Leptonycteris yerbabuenae​, nectarívoro migratorio habita a lo largo de prácticamente todo el territorio mexicano.Es una de las especies más importantes para estas regiones, pues es uno de los encargados de la polinización de cactáceas productoras de pitayas y de las plantas de agave, materia prima del tequila.

El investigador del CU Costa Sur explica, que tener esta especie en la región Sierra de Amula es de suma importancia para esta zona considerada productora de pitayas:

“Es importante también porque resulta que aquí en el valle de Autlán, pues yo diría que en toda la zona, se producen pitayas pues como fruto, es el principal polinizador, de tal manera que digo, yo podría afirmar así, con bastante confianza que, si no tuviéramos murciélagos, no tendríamos pitayas”, aseveró Íñiguez Dávalos.

Respecto a la importancia de su presencia para la producción de pitayas, el investigador explicó que del año 2000 al 2005 hicieron una investigación con cámaras infrarrojas que colocaban en la noche y grababan cómo venían los murciélagos y se alimentaban de las flores, para identificar qué especies eran y también qué tan frecuentes eran las visitas. Con los resultados determinaron que todo el sistema está diseñado para que los murciélagos sean los polinizadores efectivos:

“Dentro de esos, por el número de murciélagos (Leptonycteris) es el más importante, hay otros, pero son en poblaciones más pequeñas, entonces pues ese es el bueno”, dijo el experto.

Íñiguez Dávalos detalla, que esta especie habita cuevas, minas, en lugares considerados refugios, cuevas calientes. En estos lugares se acumula el calor y ahí habitan en grupos que pueden ir de los 5 mil hasta los 30 mil o 40 mil ejemplares en una sola cueva. Sin embargo, muchas personas por desconocimiento pueden llegar a atentar contra estos espacios, afectando a las poblaciones de murciélagos:

“Va la gente y dinamitan la cueva, la queman, la gasean, y matan a miles de murciélagos que ni la deben, ni la temen, y se pierden esas poblaciones. Ese es uno de los principales problemas de conservación que tienen los murciélagos, entre otros”, lamentó el investigador.

Aunque en 2015, México eliminó al murciélago magueyero menor de su lista de especies en peligro de extinción, éste todavía figura como “casi amenazado” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Amenazas naturales y no naturales

El Dr. Luis Ignacio Iñiguez Dávalos es profesor investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur, especialista en ecología y conservación de fauna silvestre y desde hace 35 años trabaja en el estudio de estos mamíferos en dichas regiones de Jalisco. (Foto: CU Costa / UdeG).

Los murciélagos son nocturnos y voladores, eso quiere decir que prácticamente no tienen una gran cantidad de depredadores.

– ¿Quién se los puede comer? – se le pregunta al Dr.

– Cuando están volando, solamente los búhos y los gavilanes, nadie más se los puede comer. Si acaso también otros animales con suerte. Serpientes se los pueden comer, pueden entrar a la cueva animales como mapaches, tejones, zorras y ese tipo de animales, pero sólo se van a comer los que estén a su altura, los que estén arriba nadie se los come. Entonces como en una situación natural, no pasa – respondió el Dr. Luis Ignacio Iñiguez Dávalos.

Otro problema natural que existe, es que en ocasiones, los murciélagos pueden desarrollar hongos. Principalmente en Estados Unidos y Europa hay un hongo que se desarrolla en el sistema respiratorio de los murciélagos:

“El hongo se desarrolla muy agresivamente en los murciélagos que están hibernando, es decir, durante el invierno se meten a una cueva y ahí se duermen y el hongo se empieza a desarrollar en ellos”, detalló el experto.

Se trata del síndrome de nariz blanca (white nose syndrome o WNS por sus siglas en inglés) y es causada por el hongo Geomyces destructans; de acuerdo con el investigador, el hongo al taparle las vías respiratorias los despierta de la hibernación y su proceso metabólico cambia, los vuelve más activos y empiezan a gastar energía de la que tienen únicamente para sobrevivir en todo el día, por lo que se mueren básicamente de hambre, porque la grasa que tenían la consumieron más rápido de lo que debían.

Hasta donde se sabe, según el académico, en México aún no hay registros de la presencia de este hongo, pero sí hay expertos que han estado trabajando desde el norte donde es más extremo el clima, como en Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, hasta el centro del país, que son zonas altas y más frías para detectar casos.

Íñiguez Dávalos comparte que, una situación más que afecta a los murciélagos de manera natural son algunas enfermedades como la rabia:

“Los vampiros pueden tener rabias y la diferencia está en que la transmiten por la manera en que se alimentan, pero hay otros, como los frugívoros, los insectívoros, que también pueden tener rabia y tal vez son los transmisores más importantes como las zorras, los zorrillos, los tejones, o sea, los animales.

Los carnívoros medianos también pueden tener rabia, entonces, no es una cosa que sea exclusiva de los vampiros como mucha gente piensa. Hay que quitar ese tipo de concepciones”, puntualizó.

Entre las causas no naturales que afectan a los murciélagos, está, por ejemplo, la destrucción del hábitat, el cambio de uso de suelo, modificar los bosques para uso agrícola, también pastizales para el ganado, etc. Íñiguez Dávalos explica que, todas las especies que dependen de los recursos del bosque como los frugívoros, los nectarívoros, insectívoros, los omnívoros, que están asociados a bosques tropicales y templados, son impactados, pues se reduce la cantidad de hábitat disponible.

Un ejemplo claro del cambio de hábitat podemos observarlo en estas regiones Sierra de Amula y Costa Sur, explica el investigador, principalmente por la apertura de pastizales para ganado y cuando es temporada de quemas esto se puede observar:

“Toda la parte ahí después de La Huerta, todos los cerritos que están ahí, ves pasto y pasto y pasto por todos lados, toda la costa, cuando vas por la carretera de la Villa a Pérula, también, digo, todo está lleno de deforestación, de pérdida de hábitat natural”.

Otro factor importante no natural que los afecta es el uso de los pesticidas, por la bioacumulación:

“Los agricultores lo que quieren es fumigar y quieren acabar con los insectos con insecticidas o acabar las plantas con herbicidas o fungicidas, la cosa es que de todas maneras esas plantas se las van a comer los insectos, se van a comer hongos y después los murciélagos se van a comer a esos insectos (…) se come, por ejemplo, 100 mosquitos en una noche, traen pesticidas y se va acumulando”.

De acuerdo con el investigador, esta situación afecta específicamente a los insectívoros y probablemente a algunos murciélagos frugívoros, sin embargo, en su opinión, haría falta investigar y realizar un estudio sobre bioacumulación de pesticidas en murciélagos, pues, aunque se han hecho en otros países en esta región de Jalisco aún no se ha realizado.

Ante las distintas situaciones naturales y no naturales que afectan la vida de las diversas especies de murciélagos, el investigador del CU Costa Sur pide a la población cuidar de estos mamíferos voladores, esenciales en la dinámica del ecosistema.

*Foto principal: Murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) (Foto: Jesús Moreno)

Mayra Vargas

Egresada de la Licenciatura en Periodismo del Centro Universitario del Sur, de la Universidad de Guadalajara. Ganó el Premio Especial James Rowe al Periodismo de Investigación 2015, en la categoría estudiantes universitarios, otorgado por el Foro de Periodismo Argentino, en Buenos Aires. Recibió mención honorífica en el 2do. Hackatón de Periodismo Científico e Innovación, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Guadalajara, Jalisco, también en 2015. Ha publicado trabajos en diversos medios como Aristegui Noticias, en la revista digital Votán MX y Zona Docs. Desde 2017 es miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (Red MPC), con sede en la Ciudad de México y es miembro activo del Capítulo Juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ) desde junio de 2018. Ganó el Premio Juventud 2019 en Autlán, Jalisco. Periodista en Letra Fría desde 2013.