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Tortugas marinas: 35 años de conservación en la Costa Sur de Jalisco

Tortugas marinas CUCSur UdeG

En 35 años, el Programa de Conservación de la Tortuga Marina del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara ha protegido más de 95 mil nidos y 9 millones de huevos, liberando 5 millones 930 mil crías de tortuga

Por: Mayra Vargas (@vargas_m14) / Letra Fría

7 de julio de 2020.- En 35 años, el programa de conservación de tortugas marinas del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara, ha protegido más de 95 mil nidos y más de 9 millones de huevos, logrando liberar en tres décadas y media 5 millones 930 mil 496 de crías de tortuga en las playas de la costa sur de Jalisco.

José Antonio Trejo Robles, profesor investigador del Departamento de Zonas Costeras de dicho centro, y coordinador del programa, detalló en entrevista para Letra Fría que en 1982 surgió el programa, pero fue en 1985 cuando se le asignó un presupuesto fijo para operar y sigue vigente hasta la fecha:

“Compañeros de la quinta generación de la facultad de ciencias, de la Universidad de Guadalajara viendo la problemática que había de tortugas marinas junto con compañeros de la Universidad de Michoacán y la Universidad de Sinaloa iniciaron actividades en sus lugares de origen. Aquí en Jalisco también, en 1985 es cuando ya hay un presupuesto fijo para poder trabajar en el programa de tortugas marinas, donde ha habido bastantes logros y evolución. Son más de 30 años donde prácticamente ningún año se ha dejado de proteger las playas”, explicó el biólogo.

Siete de las ocho especies de tortugas reconocidas en el mundo anidan en las playas de México, tanto en las del Pacífico como en las del Golfo de México y el Caribe.

Las costas de Jalisco son visitadas por diversas especies, entre ellas, la golfina (Lepidochelys olivacea), especie que se ha recuperado en México y todo el mundo.

La presencia de esta especie en las costas de Jalisco comienza a partir de julio.

Entre octubre y noviembre empieza a arribar la tortuga laúd (Dermochelys coriácea) y la tortuga prieta (Chelonia agassizii), aunque la presencia de estas especies corresponde más a otras playas, también se han registrado en las costas jaliscienses:

“La tortuga laúd está en peligro crítico, no es de Jalisco, es de playas más bien de Michoacán, pero algunas llegan hacia acá y empiezan a llegar en octubre, noviembre, diciembre. Nosotros nos quedamos, si lo permite el presupuesto,  hasta febrero, para liberar las últimas crías que tenemos de la colecta de diciembre”, explica Trejo.

Antonio Trejo Robles CUCSur Tortugas marinas

La tortuga carey (Eretmochelys imbricata) no se ha registrado en los campamentos de la universidad, pero sí llega a la zona de Careyes. El investigador señaló que ahí se encuentra el campamento Teopa, coordinado por un experto en esta especie:

“Llega a las playas de Teopa coordinado por Alejandro Peña, en Careyes y bueno, porque hay características de que es una playa que tiene coral (…) y obviamente aquí hay poco coral y había mucho más, hace miles de años me imagino que más, y las tortugas carey son todavía animales que llegan a esta playa”, indica el investigador.

Todas las especies de tortugas marinas de México se encuentran clasificadas en la categoría de riesgo de “en Peligro de extinción” (P), de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Además, se ha documentado la declinación drástica de las poblaciones de tortuga laúd y carey del Pacífico y, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) las clasifica en peligro crítico de extinción.

Campamento tortuguero La Gloria CUCsur

Cinco campamentos de protección

La Universidad de Guadalajara coordina cinco campamentos que hay a lo largo de la Costa Sur de Jalisco, uno de ellos es La Gloria, en el santuario playón de Mismaloya en Tomatlán, campamento insignia donde desde hace más de 30 años se ha registrado el mayor número de anidaciones. Por ejemplo, el año pasado se protegieron casi 10 mil nidos.

El segundo campamento se encuentra en bahía de Navidad en Melaque y Barra de Navidad, en el municipio de Cihuatlán, donde usualmente se tiene un corral de incubación a cargo de dos estudiantes.

En el resto de los campamentos el investigador junto con su equipo, apoyan desde la creación de los comités de vigilancia, trámite de sus credenciales, los permisos, talleres de educación ambiental. Les proporcionan todo lo que requieren.

Trejo Robles explicó, que hay otro campamento en el hotel La Quinta de Cuastecomates, también en Cihuatlán. Se trata de una pequeña playa de no más de 500 metros donde se ha registrado la llegada de tortugas:

“Si salen una, dos, tres, cuatro son importantes y vamos a protegerlas y el hotel de ahí está muy comprometido, ya hizo un corral el año pasado y está comprometido en proteger a la tortuga”, señaló Trejo Robles.

En La Huerta, específicamente en el hotel Ángeles Locos en Tenacatita, tienen más de doce años con corrales de incubación.

Ahí se capacita al personal y se les apoya en el trámite de los permisos. Además, en esta zona cuentan con sensores de temperatura para monitorear cuál es la óptima para el corral.

Un campamento más se encuentra en la playa El Coco, también en Cihuatlán dirigido por el comité de vigilancia “Las Guásimas”.

De acuerdo con el investigador, para este año se suman dos áreas más a la protección, se trata de la zona del hotel Playa Grande, donde hay personas de manera permanente y que están interesadas en el programa de conservación, por lo que están comprometidos para unirse a proteger mejor la playa y a las tortugas.

Quienes ayudan en los campamentos son, desde voluntarios, hasta prestadores de servicio social y de prácticas profesionales, quienes realizan diferentes actividades.

El investigador explica que se les capacita para ir a la playa a caminar en busca de tortugas hembras ovipositando, se colecta su nido, los huevos se transportan y se llevan a los corrales de incubación. Después de 50 días en promedio nacen las tortugas:

“Hay que estar al pendiente, hay que colocar mallas, protección a los corrales y estar al pendiente de que no lleguen aves u otros animales. Está cercado pero hay que tener cuidado y después de que nacen las crías, se liberan al mar en horarios que sean más convenientes y después de dos días se hace una limpieza del nido para sacar completamente cascarones, huevos que no eclosionaron, crías que murieron en el camino, pero principalmente para saber cuál fue la producción de ese nido, cuántas murieron, cuántas nacieron y todo su registro”, detalla Trejo Robles.

A quienes permanecen en el campamento se les brindan los alimentos, espacio para descansar, hay regaderas, baños y hay un área para acampar.

Tortuga golfina en la Costa de Jalisco CUCSur

La temporada 2020-2021 y COVID-19

El desove de las tortugas empieza a partir de julio, pero los picos más altos se han detectado históricamente en agosto, septiembre y parte de octubre.

Esta próxima temporada cuyos trabajos previos comienzan entre julio y agosto, se torna diferente a años anteriores, debido al contexto de la pandemia mundial por COVID-19 y en la que se encuentra México actualmente, sin embargo, Trejo Robles es optimista, explicó que aún queda algo de tiempo para que la situación mejore:

“Pues esperemos, todavía falta, entonces esperemos que esto se componga, digo, qué bueno que la playas estén así porque hace todavía un mes no podíamos tocar nuestras playas aquí de la costa, entonces, ahora que se abrieron pues es una ventaja para poder hacer nosotros nuestro trabajo de tortuga”.

Si la situación no mejora debido a la pandemia, no sería un problema para el Programa de Conservación, gracias a que trabajan en grupos reducidos.

De manera inicial son entre dos o tres personas aisladas en las playas, sin embargo, Trejo Robles dijo que esperarán indicaciones de las autoridades universitarias:

“Vamos a esperar también las indicaciones de nuestras autoridades, porque si nos dicen que nos quedemos en casa, pues nos quedamos en casa, entonces vamos a ver con gente de la comunidad, ya varios me están diciendo que ellos ya están yendo a la playa (…) están ahí checando la playa, tienen alguna liberación que se ha visto en momentos, entonces pues está todo mundo en sus áreas, en donde no es muy peligroso y están tomando todas las medidas preventivas”, manifestó el investigador.

Tortuga golfina en la Costa de Jalisco CUCSur

“Nuestro esfuerzo, tanto económico como físico lo invertimos completamente a partir de agosto; en julio llegamos empezamos temporada, equipo, material, todo lo que se requiere a finales de julio, que es cuando empezamos. En agosto, septiembre y octubre son los más fuertes de anidación de tortuga”, explicó Trejo Robles.

La mayoría de los voluntarios, prestadores de servicio social y practicantes comienzan a llegar hasta agosto o septiembre, lo que aún da tiempo de ver cómo evoluciona la situación de la pandemia y a partir de ahí afinar alguna estrategia para evitar riesgos, en caso de ser necesario.

A pesar del contexto de pandemia hay expectativas para esta temporada; Trejo Robles se basa en los resultados obtenidos la temporada anterior, así que los objetivos van en ese sentido:

“No sabemos cuántos nidos vamos a completar esta temporada, en otras playas, aquí por ejemplo, en Melaque, pues esperamos que no sea diferencia porque aquí está la carrera de biología marina, están los muchachos y hay mucha gente que ya está participando y aquí ya se abrieron las playas, entonces no tenemos restricciones para andar en la playa; en la playa de La Gloria creo que va a pasar lo mismo, aquí el problema es que no tenemos voluntarios, no tenemos servicios sociales, no tenemos prácticas si es que esto se alarga”.

El profesor investigador también es consciente de que las cosas pueden tornarse diferente, por lo que no mantiene ilusiones que no sean alcanzables:

“Vamos a ver cómo vamos a hacer esto, esperemos que no baje mucho la protección, el ánimo y el trabajo de toda la gente, y pues ya está en puerta, pero bueno, ¿cuáles son las expectativas? Mínimo como el año pasado, pero viendo las circunstancias no queremos ilusionarnos, ni desilusionarnos al final de temporada”, reflexionó.

¿Por qué conservar a la tortuga marina?

La temporada pasada inició entre julio y agosto de 2019 y terminó en enero de 2020. Los resultados obtenidos en el campamento La Gloria fueron alrededor de 10 mil nidos protegidos.

En Melaque, en Bahía de Navidad se protegieron 102 nidos. En la playa El Coco se protegieron alrededor de 500 nidos.

En Tenacatita se protegieron también 102 nidos, mientras que en Cuastecomates cuatro nidos.

Trejo Robles compartió que una de las estrategias de protección que implementan, si no se cuenta con espacio suficiente en los corrales, es patrullar las playas, identificar el nido, moverlo a otro lugar o borrar las huellas para que no sean saqueados por humanos:

“Recordemos que aquí el principal problema que tenemos es el humano, no son problema los animales. Lo que ha causado el deterioro de las poblaciones de tortuga obviamente es el humano”, dijo Trejo Robles.

Respecto a la importancia de realizar esta labor de conservación, el investigador explicó que las tortugas marinas tienen características ecológicas, biológicas, sociales y económicas esenciales:

“Simplemente porque están cumpliendo con un objetivo, como características ecológicas, son importantes para mantener otras poblaciones de pastizales, de pastos marinos, de algas, de coral, mantienen también limpios y en buen estado las áreas de corales, entonces ellas cumplen importantes ciclos ecológicos y biológicos”.

Explicó que económicamente puede visualizarse un futuro; si se recuperara la tortuga podría haber aprovechamiento sustentable:

“En donde podamos los pescadores tener otra opción de trabajar, de sacar dinero y obviamente cuidando de que no sean excesivos y que no se ponga otra vez en riesgo, entonces económicamente tiene mucho beneficio y socialmente ya tenemos que ver que los animales, que el medio ambiente, son parte de nosotros”.

Considera que socialmente se tiene que ser consciente de que la naturaleza es esencial en la dinámica del ser humano, por lo que llama a ser socialmente responsables y cambiar para evitar vivir las consecuencias de la devastación.

Pide a la población crear conciencia y conservar a todas las especies con las que se convive, como las tortugas marinas.

Mayra Vargas

Egresada de la Licenciatura en Periodismo del Centro Universitario del Sur, de la Universidad de Guadalajara. Ganó el Premio Especial James Rowe al Periodismo de Investigación 2015, en la categoría estudiantes universitarios, otorgado por el Foro de Periodismo Argentino, en Buenos Aires. Recibió mención honorífica en el 2do. Hackatón de Periodismo Científico e Innovación, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Guadalajara, Jalisco, también en 2015. Ha publicado trabajos en diversos medios como Aristegui Noticias, en la revista digital Votán MX y Zona Docs. Desde 2017 es miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (Red MPC), con sede en la Ciudad de México y es miembro activo del Capítulo Juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ) desde junio de 2018. Ganó el Premio Juventud 2019 en Autlán, Jalisco. Periodista en Letra Fría desde 2013.