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¿Un mono en casa?

Mono Araña rescatado por la Profepa. Imagen: Profepa

A un alto porcentaje de personas les enternece ver jugar a las crías de mono y sobre todo interactuar con ellos, Cierto son muy lindos y divertidos, pero ¿cuáles son las implicaciones?

Mono Araña rescatado por la Profepa. Imagen: Profepa
Mono Araña rescatado por la Profepa. Imagen: Profepa

* Por Juan Carlos Sánchez-Olmos

12 julio 2013.- Todos los seres vivos formamos parte de la naturaleza, lo cual nos permite identificarnos plenamente con ella y día con día hacemos uso de sus recursos para proveernos de servicios y bienes que satisfacen nuestras necesidades. Entre estos aprovechamientos, destaca el uso de animales de compañía o mascotas donde los primates tienen una gran demanda por su notable inteligencia y habilidades, su sociabilidad y en consecuencia su capacidad de establecer vínculos afectivos con sus manejadores.

A un alto porcentaje de personas les enternece ver jugar a las crías de mono y sobre todo interactuar con ellos, Cierto son muy lindos y divertidos, pero ¿cuáles son las implicaciones?

Globalmente existen poco más de 400 especies de primates y absolutamente todas tienen problemas de sobrevivencia a causa de la destrucción de su hábitat y por la depredación de sus poblaciones para extraer monos que surtan las demandas del mercado de mascotas. La pregunta obligada es ¿Por qué comprar un mono mascota pone en peligro la sobrevivencia de la especie? Porque el mayor porcentaje de monos vendidos en los mercados de mascotas son extraídos de las selvas y para lograrlo deben matar a la madre que porta a las crías, ya que los compradores requieren monos dóciles y manejables, y los adultos no lo son. Sin embargo los infantes son juguetones y nada agresivos, sino todo lo contrario. Al perder a su madre, el poseedor asume la responsabilidad de la crianza que ocasiona una insana relación de apego entre el mono y quien lo posee.

No es un asunto moral, sino antinatural, porque un mono es un animal social que requiere aprender a desenvolverse y a vivir en la selva, que al crecer requerirá mayor espacio que el que le provea un jardín, que debe convivir con otros congéneres a través del leguaje propio de su especie, al crecer manifestará un comportamiento reproductivo que aislado no podrá satisfacer. Pero sobre todo porque los monos son animales muy longevos; como los monos araña (Ateles geoffroyi) que pueden llegar a vivir en cautiverio mas de 40 años ¿habías pensado en eso?

¿Tienes planeado dónde vivirás en 20 ó 40 años? ¿Tendrás espacio, tiempo, salud y dinero para mantenerte y mantener a un mono en casa? Además no debes olvidar que todo lo que tiene boca muerde y por lo tanto todo el tiempo que mantengas un mono en casa, ese riesgo será un peligro latente. Y si compraste el mono de manera ilegal, te expondrás a ser denunciado, porque el mantener animales en peligro de extinción constituye un delito federal que puede ser denunciado por cualquier vecino, incluso de manera anónima.

Al final cuando el mono haya crecido, cuando deje de ser un “objeto” novedoso seguramente pensarás que el mono sería muy felíz si viviera en la selva. Demasiado tarde, ya que nadie sabrá de donde fue extraído y tu mascota nunca aprendió a sobrevivir en la selva. Su destino podría ser un centro de decomisos, un zoológico o el abandono en algún rincón de tu casa. Así que cuando vuelvas a pensar en la emocionante alternativa de comprar una mascota, detente un momento a reflexionar ¿Un mono en casa?.

* Juan Carlos Sánchez-Olmos forma parte de Conservación Sin Fronteras
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Redacción Verdebandera