Verdebandera


Cinco jóvenes simularon defecar frente a Casa Jalisco, en protesta porque las autoridades no limpian el Santiago. Foto: Víctor Fernández


Vanesa Robles -PÚBLICO

Ante las excusas, escusados en el hogar del gobernador de Jalisco, Emilio González. Y vienen otras cosas: al mismo tiempo que cinco jóvenes simularon defecar en cinco tazas de baño afuera de Casa Jalisco, ayer, un grupo de habitantes de El Salto, Puente Grande y Juanacatlán anunció que prepara nuevas movilizaciones masivas, luego del silencio que ha guardado el mandatario estatal, ante las demandas para que atiendan la emergencia ambiental en esas comunidades.

Uno de los afectados, Santiago Clemente Márquez, adelantó sus disculpas a los habitantes de los municipios metropolitanos que podrían padecer molestias con las manifestaciones. Él, su familia y sus vecinos, dijo, aguantan los 365 días del año la contaminación industrial y doméstica del río Santiago —la que mandamos todos cada que usamos el WC—; la contaminación del aire debido al vertedero Los Laureles —a donde va nuestra basura—, el más grande de la ciudad, y la pudrición de la tierra, por los lixiviados de la basura, la tira anarquista de escorias de fundición y de lodos cuya procedencia se desconoce.


Los representantes de la comunidad lamentaron que las autoridades de Jalisco no hayan reaccionado ante la muerte del niño Miguel Ángel López, quien acostumbraba jugar cerca del Santiago y murió intoxicado por arsénico, el 13 de febrero pasado, ni después de la marcha que el 14 de abril pasado reunió en Guadalajara a unas 2,500 vecinos del torrente, bloqueó el centro de la ciudad durante varias horas y, al mismo tiempo, paró en seco la carretera libre a Zapotlanejo.

Acusaron de falta de sensibilidad al gobernador, quien no se ha molestado en dar una sola respuesta al tema y, en cambio, ha enviado por delante a secretarios sin presupuesto y funcionarios sin poder de decisión (ver recuadro aparte).

Mientras ocurría la rueda de prensa, un grupo de jóvenes transportó hasta la Casa Jalisco cinco tazas de baño, se bajó los pantalones y simuló una defecación colectiva. Los WC estaban distribuidos al lado de una lona de color turbio, como el río Santiago. Como ocurre en la realidad.

Redacción Verdebandera