Mauricio Ferrer – LA JORNADA JALISCO
“Rosita”, como se refiere la titular del Consejo Estatal de la Familia (CEF), Claudia Corona Marseille, a la niña criada por la transexual Alondra desde que nació, hace 10 años, en el municipio de Tala, quiere “una mamá y un papá en personas distintas, separadas”, según comentó ayer la funcionaria a La Jornada Jalisco.
La menor fue separada por el CEF hace dos años. En octubre pasado, Alondra, cuyo nombre en su credencial de elector es Alberto Avila Vélez, recibió la notificación de una sentencia interlocutoria, emitida por la Juez Séptimo de lo Familiar del Poder Judicial de Jalisco, María del Carmen Mejía Tostado, en la que se dicta que Rosa Isela regrese con la transexual.
En entrevista con La Jornada Jalisco, Corona Marseille dijo, en principio, que no conocía la sentencia. Luego rectificó: “tenemos conocimiento de esa sentencia, que existe, pero no el contenido”.
–¿Por qué no se le entregó la niña Rosa Isela a Alondra tras la sentencia interlocutoria?
–Porque nosotros no tenemos conocimiento de esa sentencia, no hemos sido emplazados a un juicio y no nos corresponde a nosotros algo de lo que no tenemos conocimiento.
–Pero fue emitida desde el 28 de octubre.
–No nos la han traído, no nos han notificado, no nos han llamado a juicio; entonces es un procedimiento que se ha manejado con mucha reserva y no puedes incumplir algo de lo que no tienes conocimiento.
–Pero promovieron un amparo ustedes.
–Promovimos un amparo porque tenemos conocimiento de esa sentencia, o sea, conocimiento de que existe esa sentencia y esa orden, pero no el contenido; no tenemos conocimiento de ésta.
–Entonces sí tenían conocimiento de la sentencia.
–Pero no del contenido de la sentencia. No es lo mismo decir: oye, van a venir y van a recoger tu coche, un ejemplo medio tonto; ¿quién?, no sé, pero yo voy a tramitar un amparo porque me va a afectar si no me han llamado a juicio. Número uno, según lo que me refieren y he leído en los medios de comunicación, es que la sentencia venía dirigida al albergue y entonces ya no tiene la custodia y no tiene ninguna responsabilidad. Nosotros tenemos una sentencia dictada el 4 de julio por el Juzgado de Tala que nos da la tutela de la menor y podemos decidir libremente de lo mejor para los niños.
–¿Por qué se llevaron a la niña a otro albergue?
–Porque ya no cumplía con el perfil del albergue.
–Porque ya no cumplía con el perfil del albergue.
–¿Cómo que no cumplía con el perfil?
–Lo que pasa es que los menores continuamente se mueven de albergues porque los directores de ahí dicen que, o ya no tienen un comportamiento adecuado, que no es el de Rosita, o que tienen que ir a la secundaria, que es el caso, y no podían ofrecerle la secundaria.
–Lo que pasa es que los menores continuamente se mueven de albergues porque los directores de ahí dicen que, o ya no tienen un comportamiento adecuado, que no es el de Rosita, o que tienen que ir a la secundaria, que es el caso, y no podían ofrecerle la secundaria.
–¿A dónde se la llevaron?
–No te puedo decir.
–No te puedo decir.
–¿Por qué no se le avisó a Alondra?
–¿Pero a quién hay que avisar? ¿Por qué yo tengo que avisar si ni siquiera han tenido la atención de notificarnos a nosotros? ¿Por qué yo tengo que estar dando razón a todo el mundo de lo que hacemos cuando nadie nos ha notificado de circunstancias desconocidas? Yo me presenté antier a una audiencia en el Juzgado y le pregunté a la jefa de Opciones si tenía listo el expediente para emplazarnos y no quiere emplazarnos. Nosotros no estamos incurriendo en ninguna irregularidad.
–¿Por qué el Consejo tomó la decisión de que Alondra no viera más a Rosa Isela?
–Porque no tiene derecho legal el señor Alberto Avila sobre la menor. No podemos permitir que todo el mundo tenga contacto con los niños hasta que no estén en cuarto grado.
–Porque no tiene derecho legal el señor Alberto Avila sobre la menor. No podemos permitir que todo el mundo tenga contacto con los niños hasta que no estén en cuarto grado.
–Pero ustedes habían dado el permiso.
–Sí, pero cuando hay un cambio en el albergue se tiene que adecuar la nena. La niña estaba presentando una situación de tristeza. En el albergue nos habían pedido desde hace seis meses el cambio.
–En un oficio que ustedes emitieron, usted dice que Alondra no cumple las recomendaciones que le hicieron.
–Nosotros tenemos que garantizar las normas mínimas, de acuerdo con diferentes leyes, una de ellas es que los niños vivan en familia, empezando por ahí. Lo último es un albergue, hago la aclaración, lo primero es con su familia de origen, con su familia biológica; si esto no es posible, con un tercero, y si esto no es posible, en un albergue. Buscamos quién quiera asumir la custodia. Se le abrió su procedimiento correspondiente al señor Alberto. Pero decidimos que no era el camino más apto para Rosita.
–¿Por qué?
–Se le citó y nunca acudió, le llevamos los citatorios y no acudía. En dos ocasiones que fueron las trabajadoras sociales lo encontraron despidiendo un marcadísimo aliento alcohólico a deshoras de la mañana, todavía en ropa de pijama, o lo que se le pueda llamar como pijama, un desorden dentro de la vivienda; se le dio el tratamiento como cualquier otra persona, si llegas y ves un desorden de vida, en su condición personal y de hecho, en otras visitas no los pudo atender.
–¿Usted ha ido a visitar a Alondra en su vivienda?
–No, porque está cambiando continuamente de domicilio, esa es otra de las cosas por las que ha sido largo el proceso; de hecho, yo sabía que estaba viviendo en Los Cabos.
–Pero ella sólo vive en la puerta de enfrente del departamento en el que vivía antes.
–Pero estaba en Tala y luego…no te estoy diciendo que se fue a vivir fuera de aquí de Guadalajara porque le ofrecieron un trabajo en otro centro nocturno. Eso fue lo que a mí me dijo, no te estoy inventando nada.
–Ella dice que está trabajando con Armando Díaz, del Partido Socialdemócrata, en la limpieza del lugar.
–No, estaba trabajando, hace como qué será, hace unos ocho meses; precisamente para el cumpleaños de Rosita, que acaba de ser, me dijo que no iba a estar, que estaba triste porque se iba a vivir fuera, esto es del conocimiento de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Ella acaba de aparecer, ella estuvo ocho meses fuera. ¡Por Dios! Ahorita sí se me antoja, mañana no. No somos juguetes de nadie.
–¿Y los peritajes que hizo el Instituto de Ciencias Forenses?
–No los conocemos, ése es el problema, que no los conocemos y es en lo que se ha centrado todo.
–Ella los pidió por transparencia y se los dieron, ¿por qué ustedes no?
–Pero él es el promovente, tiene derecho a esa información. Nosotros fuimos porque Alberto Avila vino y dijo que había ganado el juicio, fuimos ese día al Juzgado, no nos quisieron dar el expediente, lo teníamos en las manos y nos lo quitaron de las manos.
–¿Esperarán a la sentencia definitiva?
–Pero qué va a alegar si la tutela la tenemos nosotros. Pero además la niña ahorita refiere que quiere una mamá y un papá en personas distintas, separadas.
–¿Eso cuándo lo dijo?
–La semana pasada, y ya se lo había dicho a su psicóloga, porque tiene tratamiento psicológico desde que ingresó al albergue.
–¿Y por qué no lo han dado a conocer?
–Porque ustedes no nos han dejado criatura. Saben de la versión de Alberto Avila Vélez, pero ¿qué onda con la nena?