Cecilia Durán – LA JORNADA JALISCO
II y Última parte
El fin de semana pasado hubo fiesta en San Sebastián. Durante un mes prepararon un programa de actividades para recibir a una delegación de representantes del comité Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) de México. Sus representantes los visitaron con la finalidad de hacer las recomendaciones correspondientes para la solicitud de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Icomos es un organismo no gubernamental sin fines de lucro, que entre otras funciones tiene la de estudiar y analizar los expedientes técnicos que los países envían a la UNESCO para su análisis y en su caso, proponerlos como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Javier Villalobos, presidente del organismo en México, dice que ha recibido cerca de 30 solicitudes del gobierno mexicano, y que San Sebastián es uno de los lugares con más posibilidades de obtener el nombramiento.
“Tiene patrimonio intangible y natural. El camino probablemente no sea corto, pero de alguna manera está en la ruta, está inscrito en lo que se llama la lista indicativa, es decir, en la antesala del paso definitivo. Hay que elaborar un expediente técnico, mejorar detalles, como poner las instalaciones eléctricas debajo del suelo, controlar el crecimiento del uso del suelo, los anuncios de los comercios en la mayoría de los casos son tan agresivos, el mobiliario urbano, la vegetación, los pavimentos. Hay una lista larga de aspectos que hay que cuidar. Pero creo que hay la voluntad para hacerlo”.
Continúa: “Ser parte de la lista es de presumir y también es para prever que no se sustituyan los techos de tejas, que haya cambios drásticos en el paisaje. Los valores de San Sebastián son la conservación de la traza, que tiene una historia importante, es un pueblo de más de 400 años, que las minas fueron importantes a escala nacional y la minería le trajo a México riquezas en el siglo XVIII y propició la edificación de construcciones principalmente barrocas que son orgullo del país”.
Advierte que si bien el turismo puede ser una de las pocas posibilidades de generación de fuentes de empleo, también puede “peligroso si no se controla”.
“El turismo en sí no tiene la culpa, el problema es la especulación, que venga gente de fuera a construir casas bonitas. Todo esto hay que preverlo”, asegura.
Villalobos trabaja junto con el gobierno municipal para la elaboración del expediente técnico que será enviado a la UNESCO.
¿Conviene ser Patrimonio de la Humanidad?
Yo estoy gratamente sorprendido, es una joya, no en bruto, sino bastante bien pulida, la cosa está más avanzada de lo que imaginaba. Estoy impresionado con los techos, su conservación, es algo que rara vez se ve.
“Antes de pensar en declarar un sitio Patrimonio de la Humanidad, primero la población local debe estar convencida de que es un patrimonio suyo. Segundo, el siguiente nivel sería el estado lo considere suyo, luego que sea patrimonio de la nación. Patrimonio de la Humanidad es el último escalón que es la cereza del postre”, dice en entrevista el antropólogo y arqueólogo Helio Mujica, experto en temas de patrimonio y representante del Icomos Perú.
“La población se convence de dos formas, una es la más dramática y la más urgente, y es que se de cuenta que conservar y mantener el lugar tal cual es, significará un beneficio económico, a través de los servicios que se puedan brindar al turismo que deben ser de primerísima calidad. Tiene que ser un turismo selectivo, no podemos prostituir el poblado pensando en que esto traerá más turismo, porque no es cierto. Por otro lado, una campaña de sensibilización para que la gente valore el territorio. La comunidad valora su territorio cuando viene gente de otros países a ver el pueblo”.
Mujica sostiene que los pobladores y el gobierno municipal deben establecer los mecanismos necesarios para fomentar un “turismo selectivo”.
Al respecto aclara: “Están a tiempo de aprender a manejar el turismo. La calidad del turista parte de una serie de normas, que la misma comunidad debe dar. La municipalidad es la que rige cómo calificar a los hospedajes para evitar que existan los que son de mochileros, que son los baratos que genera un turismo ligado a la depredación del patrimonio y además no deja derrama a la población local.
“El tipo de actividades que se puedan realizar. Hay un turismo, el más depresivo de todos, que usa los lugares para hacer lo que le da la gana. Eso no, si vienen a este pueblo, deben hacer lo que obliga el pueblo.
“Personalmente no pensaría en Patrimonio de la Humanidad, puede generar un impacto sumamente negativo en un bien patrimonial, si es que no está bien preparada la comunidad. Tenemos cientos de casos declarados Patrimonio de la Humanidad, que una vez que obtuvieron el nombramiento, están en decadencia total. Han sido logros de los alcaldes, pero al mes que pasaron las fiestas se olvidaron de él, vino el turismo y se encargó de destruirlo. El patrimonio tiene razón de ser si la comunidad local lo hace suyo, de lo contrario, no tiene sentido”.