El desastre mundial de la deforestación, en la Cátedra del árbol
Cada día desaparece en el mundo una superficie boscosa similar a La Primavera
Agustín del Castillo – PÚBLICO
El desastre mundial que es la deforestación tiene tales dimensiones, que la existencia actual de bosques y selvas apenas garantiza la captura de un cuarto de las emisiones de carbono que genera la industria planetaria.
Peor aún: como si nadie estuviera consciente de lo grave de la situación, la vegetación natural sigue desapareciendo a pasos agigantados: 13 millones de hectáreas por año o 36 mil hectáreas al día; es como si en cada jornada desapareciera un bosque La Primavera completo.
Estos datos fueron aportados por Lothar Göttshing, académico de la Universidad de Daimstandt, en Alemania, y uno de los grandes expertos en el tema. El foro: la conferencia inaugural de la Cátedra del Agua, que fue formalizada el pasado martes 21 de octubre por la noche, en el paraninfo de la rectoría de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y que promete importantes personalidades para alimentar el debate, uno de los más cruciales para la supervivencia de las sociedades humanas.
El científico subrayó que entre 1990 y 2000, la deforestación anual en todo el mundo fue de 13 millones de hectáreas, si se toman los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); es decir, la pérdida de bosques es similar a que cada año Alemania deforestara casi toda su área boscosa -que representa el 30 por ciento de su territorio-, o que México deforestara una superficie total similar al estado de Durango, el cuarto en tamaño del país.
Más grave aún es lo que esto significa: la deforestación libera 1,700 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). No se debe olvidar que la madera es eso: carbono capturado, acumulado, lo largo de decenas o cientos de años, según sea la especie. Y el carbono es el gas fundamental que propicia el calentamiento del planeta.
Mientras, los árboles que permanecen absorben entre tres y cuatro mil millones de toneladas anules de dichos gases. De este modo, la masa mundial de bosques no es capaz ya de regenerar todo el aire contaminado, pues la humanidad produce cuatro veces más volumen de CO2, unas 16 mil millones de toneladas.
A juicio del doctor, que tiene una experiencia de tres decenios sobre todo en la industria de papel, en casi todos los países del mundo existe «una baja apreciación del valor de los bosques», pues se aprecia más la actividad agrícola o ganadera, sin reparar en que estos «absorben el dióxido de carbono emitido por la actividad humana y lo convierten en oxígeno».
Así, el factor esencial para que los macizos forestales hayan disminuido es la conversión de áreas para siembra de alimentos para el ganado o para plantaciones con fines industriales, en el caso de las naciones desarrolladas. En cuanto a lo países llamados del Tercer Mundo, entre los que se encuentra México, la destrucción de las florestas es propiciada por el cambio de uso de suelo con fines agrícolas o ganaderos, o la tala legal e ilegal.
Así, consideró indispensable que se generen políticas públicas para regular la tala ilegal y que se establezcan normas de uso de suelo para respetar la cubierta forestal y no extraer de los bosques más de lo que estos pueden dar sin perder su frontera.