En el concepto de calidad de vida establecido como uno de los objetivos del Plan Intermunicipal de Desarrollo Urbano (PIDU), que se analiza aprobar por los ayuntamientos que conforman la Asociación Intermunicipal de Guadalajara, la solución de la problemática ambiental que enfrenta la ciudad es parte fundamental, y para ello se propone duplicar la extensión de áreas naturales protegidas.
Hacia 2030, el PIDU determina la necesidad de decretar la protección de zonas como la Sierra del Cerro Viejo-Travesaño y el Cerro de Latillas, en Tlajomulco; y los bloques serranos del Tepopote-Bailadores, la Sierra de Tesistán, la Serranía del Rincón y El Chicharrón, y la Serranía Jacal de Piedra y Mesas de Ixcatán, en el Municipio de Zapopan.
Actualmente, con el Bosque La Primavera, el Bosque El Nixticuil-San Esteban-El Diente (Bensedi) y la Barranca del Río Santiago, se cuenta con 38 mil hectáreas bajo una declaratoria de protección. Si se logra su duplicación, se podría conformar el Corredor Ecológico Metropolitano de Guadalajara, un anillo verde alrededor de la ciudad (gráfico principal). Para restablecer la conectividad entre las áreas naturales y permitir así la migración de la fauna, el plan también habla de la construcción de estructuras vegetadas en las carreteras a Nogales, Colotlán, Saltillo y Colima.
El incremento de espacios verdes al interior de la ciudad también es importante, indica, pues actualmente existe un déficit en este aspecto, ya que por cada habitante se cuenta con 2.5 metros cuadrados de áreas verdes, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre nueve y 10 metros cuadrados por habitante.
Con respecto a los valles agrícolas de Tesistán, Toluquilla y Tlajomulco, se buscará que se mantenga la superficie cultivable así como la consolidación de su actividad, considerando que en los últimos cinco años ya se han perdido mil 600 hectáreas en llanos por el crecimiento urbano de manera dispersa. Anualmente, las actividades agrícolas y otras derivadas del capital natural generan alrededor de mil millones de pesos.
Transporte
El mejoramiento del transporte público y la inclusión de modalidades no motorizadas, como la bicicleta, deberán contribuir a la obtención de condiciones ambientales más favorables. En 2007, se informa en el PIDU, se vendieron en la ciudad dos mil 676 millones de litros de gasolina, y mil 243 millones de diesel.
“Cada litro de gasolina emite a la atmósfera 2.3 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), por lo que cada automóvil arrojó 11.04 kilogramos de dióxido de carbono en un día cualquiera del año 2007 y 3.9 toneladas al año. Considerando el total de vehículos privados en 2007, del orden de 1.5 millones de vehículos, la contaminación generada fue de seis millones de toneladas de dióxido de carbono”.
En ese mismo año, si se suma lo generado por el transporte público y su carencia de organización como un sistema, se debe hablar de aproximadamente 10 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas por los citadinos a la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
“La movilidad urbana y regional de la Zona Metropolitana de Guadalajara se enfrenta a un gran reto: emigrar del modelo de ciudad orientado al automóvil, hacia un modelo de ciudad orientado a la calidad de vida. Una calidad de vida altamente dependiente de una movilidad urbana con mayor interacción social y menos costo ambiental. Para lograr lo anterior, se necesitan dos componentes estrechamente vinculados en un contexto de racionalidad ambiental y la cohesión social: Territorio y transporte. El primero, organizado con estrategias sociales de mezcla y proximidad, el segundo, como estructurante del primero, a través de redes intermodales que den preferencia al transporte no motorizado y al transporte público”, determina el plan.
La ciudad enfrenta una estructura vial de mil
107 kilómetros, que prioriza el transporte privado, y en la que persisten tramos discontinuos e inconclusos, que requiere acciones de modernización y mejoramiento físico.
El diagnóstico del PIDU estima un déficit en la red vial de 303 kilómetros, principalmente para la conclusión de los anillos del Periférico y Avenida Patria, que implican una inversión en el corto y mediano plazo de 10 mil millones de pesos a costos actuales.
La estructura actual, profundiza: “No funciona como una red que dé soporte físico apropiado a un transporte urbano configurado como sistema integral. Su estructura actual carece de la jerarquización operativa de funcionamiento intermodal, que permita realizar los desplazamientos urbanos y lograr un nivel adecuado de accesibilidad motorizada y no motorizada, de manera sostenible, tanto desde el punto de vista social, ambiental, económico y energético”.
A los 10 mil millones de pesos, se deben sumar otros cinco mil necesarios para la construcción de 62 pasos a desnivel para la agilización en las intersecciones viales. Actualmente existen 69 de estas obras, según el documento, la tercera parte fue realizada en los últimos seis años.
De invertirse estos 15 mil millones de pesos en el tráfico motor, servirían para “resolver los problemas de la estructura vial actual, sin considerar lo que requeriría para el futuro”, advierte el PIDU, por lo que precisa: “Esta misma inversión aplicada al transporte público y no motorizado, de manera estratégica, junto con acciones de renovación urbana, rescate y creación de nuevos espacios públicos, y densificación de vacíos urbanos, podría tener efectos que contrarrestarían con eficacia las tendencias expansivas de la ciudad”.
Para saber
El diagnóstico del PIDU estima un déficit en la red vial de 303 kilómetros, principalmente para la conclusión de los anillos del Periférico y Avenida Patria, que implican una inversión en el corto y mediano plazo de 10 mil millones de pesos a costos actuales. Estima que deben sumarse otros cinco mil necesarios para la construcción de 62 pasos a desnivel para la agilización en las intersecciones viales. Actualmente existen 69 de estas obras.
¿Qué es el PIDU?
El PIDU forma parte de los trabajos que encabeza la Asociación Intermunicipal de la ZMG, conformada por los ayuntamientos de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga y El Salto.
El documento, de aprobarse en cada uno de ellos, fungirá como un instrumento rector en la planeación urbana de la ciudad, que establecerá las directrices para la modificación próxima de los planes parciales de desarrollo de esos municipios, todo con una visión metropolitana.
La intención, como lo ha informado el presidente municipal de Zapopan, Juan Sánchez Aldana, es la conformación del Instituto Metropolitano de Planeación, cuya responsabilidad será la implementación del PIDU.
El plan buscará que 70% del crecimiento poblacional que registrará la ciudad hacia 2030, y que se estima en un millón 913 mil 689 personas, se destine a los predios intraurbanos subutilizados o vacíos, que ascienden a siete mil 135 hectáreas, y que son desestimados por las compañías inmobiliarias por tener costos más altos que las tierras en la periferia de la ciudad, pese a que éstas tienden a disminuir los valles agrícolas.
Por lo tanto, las políticas en planeación se orientarán a que el resto de los nuevos habitantes la urbe, el 30% como máximo, se asiente en esas reservas lejanas del centro de la metrópoli.
Se puede decir que “La Gran Guadalajara” que se visualiza con el plan, es una ciudad densa y compacta. Actualmente la densidad habitacional es de tan solo 65 habitantes por hectárea en promedio, cuando lo ideal sería su triplicación.
Referencia
Según un estudio del Environmental Law Institute, citado en el documento, las urbes con un crecimiento disperso como el que aquí se ha presentando, padecen las siguientes problemáticas:
Equipamiento y servicios públicos ‘diluidos’; encarecimiento del mantenimiento urbano; incrementos en costos y distancias del transporte; mayores cantidades de recursos naturales consumidos; generación de segregación urbana, espacial y social; impuestos más altos; degradación de la calidad de aire y agua; alteración o destrucción de hábitats naturales y una sociabilidad obstaculizada.
Reordenamiento
El PIDU configura tres ámbitos estratégicos de actuación en la ciudad: Ciudad Central, Ciudad Intermedia y Ciudad Periférica. En cada una se implementarán distintas políticas de planeación de acuerdo con sus características.
La Ciudad Central
Contenida en el anillo delimitado por las avenidas Circunvalación Norte, Circunvalación Álvarez de Castillo, López Mateos, Circunvalación Agustín Yánez, Circunvalación Santa Eduviges, Río Nilo y Plutarco Elías Calles. Es el Centro de la metrópoli, con los barrios de mayor historia.
Las políticas estarán enfocadas en el mejoramiento urbano y la protección patrimonial.
La Ciudad Intermedia:
Ubicada fuera del anillo citado, contempla los asentamientos urbanos que rebasan al Periférico. Las acciones que se aplicarán buscarán la consolidación urbana y su densificación.
La Ciudad Periférica:
Los núcleos urbanos autosuficientes en la periferia de los municipios de Zapopan, Tlajomulco y El Salto, así como los asentamientos dispersos de los dos primeros. Zapopan cuenta, por ejemplo, con Tesistán y Santa Lucía.
Las políticas enfatizarán la regulación de la dispersión urbana, la consolidación de núcleos autosuficientes para que cuenten con oficinas gubernamentales, y, finalmente, el control sobre la expansión urbana para evitar la ocupación de valles agrícolas y la preservación de asentamientos rurales.
Numeralia
Área de aplicación del PIDU (extensión de los seis municipios):
231 mil 329 hectáreas.
Uso habitacional (vivienda, comercio y servicios):
47 mil 298 hectáreas.
Equipamiento urbano (educación, salud, deporte, administración pública, cultura):
2, 527 hectáreas.
Espacios verdes y recreativos (plazas y parques):
2, 492 hectáreas.
Industria:
3,380 hectáreas.
Áreas intraurbanas subutilizadas/espacios vacios:
7,135 hectáreas.
Agropecuario:
77 mil 632 hectáreas.
Forestal:
90, 865 hectáreas.
Actualmente, las áreas verdes protegidas en la metrópoli son el Bosque La Primavera , el Bensedi y la Barranca del Río Santiago. Estas zonas corren el riesgo de ser deforestadas.
Considerando el total de vehículos privados en 2007, 1.5 millones, la contaminación generada fue de seis millones de toneladas de dióxido de carbono.