El líquido que hoy se encuentra en el Río Santiago a la altura de El Salto sigue siendo de cuestionable calidad.
Sergio Hernández – MURAL
La pestilencia, los moscos, el lirio y la insalubridad volvieron al Río Santiago, a la altura de El Salto y Juanacatlán, luego de que las autoridades decidieran volver a represar las aguas negras.
Apenas el 12 de febrero el Gobierno de Jalisco anunció la apertura de las compuertas que obstaculizaban el flujo de agua en el Río Santiago, buscando disminuir las molestias que trae la degradación ambiental a los habitantes de ambas poblaciones.
Ese día se citó a las 14:30 horas a los medios para que fueran testigos de cómo se abrían las compuertas, se iba el lirio y disminuían de forma considerable las condiciones para la reproducción de zancudos.
La titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno de Jalisco, Martha Ruth del Toro, señaló la importancia de dejar fluir el agua y personal de la Comisión Nacional del Agua (CNA) se encargó de liberar el líquido retenido.
La represa existe por la obligación que tiene la CNA de dar líquido al Módulo de Riego La Aurora, ubicado en Juanacatlán y Zapotlanejo, donde no les queda opción mas que usar esa agua pestilente para regar sus cultivos de caña, maíz y trigo, entre otros.
Luego, el 19 de febrero, las autoridades señalaron que iban a volver a cerrar las compuertas para garantizarle agua al Módulo de Riego, pero que el agua a represar ya no sería sucia y pestilente, porque sería enviada desde el Lago de Chapala, informó entonces el representante regional de la CNA, Raúl Antonio Iglesias Benítez.
Pero sea o no agua de Chapala, el líquido que hoy se encuentra retenido en el Río Santiago, a la altura de El Salto y Juanacatlán, sigue siendo de cuestionable calidad, lo que es evidente tan sólo por el desagradable olor y su aspecto espumoso.
La mancha de lirio que fue eliminada el 12 de febrero, hoy se presenta con una extensión muy similar, por lo que no es extraña la reaparición de nubes de moscos y espumas que vuelan con el viento.
Afecta aguas abajo.
No sólo en El Salto y Juanacatlán padecen la contaminación, el lirio, la peste y los moscos del Río Santiago. Esto es compartido por los habitantes de la comunidad Puente Grande, que forma parte del Municipio de Tonalá, en sus límites con Zapotlanejo.
Apenas hace unas semanas se realizaron trabajos para desazolvar el río ya que la degradación afecta de manera significativa la imagen del histórico puente viejo en la carretera libre entre Guadalajara y Zapotlanejo.
Tan solo de esa zona sacaron 250 camiones de volteo con residuos, según la delegada de Puente Grande, Julieta Padilla Sánchez.
Señaló que fueron 11 de los 27 arcos los que liberaron de hierbas, basura y lodo podrido, pero a menos de dos meses de los trabajos la obstrucción visual volvió con la nueva acumulación de lirio y tule.