Agustín del Castillo – PÚBLICO
El truco del gobierno de Jalisco fue presionar al comisariado de bienes comunales y obligarlo a firmar un acta espuria, ante las prisas o la falta de capacidad de sus negociadores para hablar y convencer al pleno de la asamblea comunal de Santa Catarina Cuexcomatitlán de la conveniencia de permitir en su territorio la nueva carretera pavimentada Bolaños-Huejuquilla.
Esa es la defensa que ofrecieron ante la asamblea del pueblo wixaritari Felipe Bautista Carrillo y Daniel Medina de la Rosa, respectivamente presidente y tesorero del comisariado hasta noviembre de 2007, quienes estamparon su rúbrica en los documentos que la Secretaría de Desarrollo Urbano exhibió a Público como demostración de que el “derecho de vía” para el proyecto, que afecta 19 kilómetros de Tuapurie, había sido legalmente otorgado.
Es un relato escrito en tercera persona. La historia comienza en la cabecera municipal de Mezquitic, “el día 18 de marzo de 2007, estaban en los portales enfrente de la plaza, cuando llegó el presidente municipal Ernesto de la Torre Martínez, junto con personal de la Secretaría de Desarrollo Urbano [Sedeur]; ahí les presentaron el croquis del proyecto y les propusieron que firmaran el convenio, pero no lo hicieron”.
Días después,“los encontraron en una tienda de abarrotes y los invitaron a la Presidencia Municipal o al restaurant bar El Lobo a una plática y a que firmaran el documento de cambio de uso de suelo; se negaron a firmar, argumentando que con la pavimentación iban a aumentar los maltratos y arbitrariedades de la policía a los peregrinos a Wirikuta y a los que realizan los ritos de la cacería del venado, y que la asamblea estaba proponiendo que se indemnizara a la comunidad antes […] ya de regreso, en la Cuesta de los Huesos, fueron molestados y esculcados por la policía estatal de Jalisco”.
Luego, en Las Latas, el 9 de septiembre, los agentes del gobierno arribaron en helicóptero “presionando a la poca gente reunida a que firmaran los convenios del megaproyecto con el argumento de que traería grandes beneficios y desarrollo […] que si no firmaban en ese momento podríamos perder la oportunidad de crecer…”. Fracasaron otra vez.
El 15 de septiembre, “sin previo aviso, llegaron a Santa Catarina Cuexcomatitlán los presidentes municipales de Huejuquilla, Mezquitic y Bolaños, personal de las diferentes secretarías del gobierno, acompañados de varios policías, y les pidieron que se reunieran en la oficina del gobernador Aurelio Torres, porque era urgente firmar […] como no los dejaban en paz, decidieron firmar el comisariado y el tesorero los papeles que llevaban, previamente redactados en computadora; el secretario estaba ausente […] los presidentes se comprometieron a hacer un convenio con el gobernador del estado sobre la peregrinación a Wirikuta y los rituales de la cacería de venado, cosa que no se ha cumplido […] se les pidió que hicieran llegar copia de cada uno de los documentos firmados por ellos, cosa que nunca cumplieron…”
Al otro día, obtuvieron en Pueblo Nuevo la firma de Pedro Hernández Torres, secretario, a quien no le quedó de otra. Y lograron el objetivo sin necesidad de consultar a la asamblea.
Así se configuró el acta espuria, lo cual “es ofensa grave para la comunidad, porque se hizo a espaldas de la asamblea”.
Por eso el plantón sigue. Y el proyecto de comunicar la Sierra Madre Occidental está a punto de irse al caño de las aparentes buenas intenciones.
“No hubo falsificación”
Ignacio Pérez Vega – Público
• Ante la inconformidad de los huicholes, el gobernador Emilio González Márquez, anunció que los recursos destinados este año para la construcción de la carretera Huejuquilla-Bolaños, se utilizarán en otro tramo que no esté en conflicto y rechazó que se haya falsificado el acta de anuencia para efectuar la obra.
“Hubo un acuerdo previo que ahora se está desconociendo, pero el acuerdo existió. A nosotros nos toca seguir actuando, por medio del convencimiento, yo estoy seguro que llegaremos a acuerdos. Esta carretera trae 500 años de retraso y no estamos dispuestos a que tarde otros 500 años, pero somos pacientes”, aseveró.
“Todas las obras grandes tienen grandes complicaciones […] respetamos las creencias, pero consideramos que este quehacer del gobierno del estado no vulnera su idiosincrasia y que, por el contrario, les puede llevar beneficios importantes”. González Márquez señaló que las pláticas con la etnia seguirán.