También culpa a intereses políticos por falta de acciones para sanear cuenca. Sonia Serrano – PÚBLICO
Por primera vez, el gobernador Emilio González Márquez admitió que existe un vínculo entre la contaminación del río Santiago y la muerte del niño Miguel Ángel López Rocha, aunque no aclaró de quién es la responsabilidad. Por el contrario, aseguró que hay diferentes factores que influyeron.
En su discurso dentro de la reunión denominada “Agenda desde lo local e instalación de la mesa federalista”, el mandatario estatal se refirió al tema de la contaminación en el río Santiago y recordó que durante el gobierno del también panista Alberto Cárdenas Jiménez hubo quienes impidieron que se llevara a cabo el proyecto de saneamiento de la cuenca.
En esa ocasión, dijo el gobernador, los jaliscienses no fuimos capaces de ponernos de acuerdo, porque “privilegiamos las posiciones de partido, privilegiamos las visiones particularísimas de los actores políticos de ese momento”.
Al hablar de la descentralización de las decisiones y de la forma en que las acciones de gobierno deben influir en la vida de cada persona, indicó que actualmente hay “una gran pena” para los habitantes del estado, porque “uno de nuestros niños acaba de fallecer en un acto que nos lastima a todos, que nos duele a todos y que todos lamentamos”.
Después, el gobernador lanzó una serie de preguntas, que luego no respondió, sobre quién es responsable. “¿Quién va a dar la cara por la muerte de Miguel Ángel?, ¿a quién le aplicamos el peso de la ley?, ¿quién es responsable de que 80 por ciento de las aguas de Jalisco estén contaminadas?, ¿quién es responsable de la pobreza de nuestra gente, que obliga en muchos casos a construir vivienda ahí, donde no es prudente? Lo que queda claro es que hay una víctima, Miguel Ángel y su familia, y la pregunta es ¿quién no tiene responsabilidad?, ¿quién puede decir que no tiene una parte de responsabilidad en este suceso?”.
También cuestionó que el modelo económico “sin visión sustentable” lleve a la contaminación de los cuerpos de agua y de que las descargas de aguas residuales se viertan cerca de zonas habitacionales. Además, preguntó: “¿quién es responsable de no actuar a tiempo, de no prever lo que está entre manos”.
Para el gobernador, los problemas de Miguel Ángel y su familia tienen que ver con lo sucedido a lo largo de 466 años en que la ciudad ha crecido sin respuesta a los problemas que genera.
Admitió que es complicado pedir a los municipios que cumplan con la responsabilidad que les marca la ley de sanear las aguas, cuando no tienen los recursos económicos ni técnicos para hacerlo. Criticó el centralismo, que ha llevado a dar prioridad a lo que sucede en las capitales y al hecho de que hace diez años, cuando Alberto Cárdenas “intentó sanear las aguas del río Santiago, no fuimos capaces de ponernos de acuerdo”.