Debido a su estado de deshidratación fue llevado al Hospital General de Occidente donde cayó en shock y más tarde en coma
Alejandra Atilano y Juan M. Frausto – MURAL
Miguel Ángel López Rocha comenzó con vómitos y diarrea en la madrugada del 26 de enero, sin embargo, sus padres lo llevaron a urgencias hasta las 14:00 horas, según consta en el informe de la Cruz Verde de El Salto.
En el interrogatorio que los médicos le hicieron a los padres, ninguno mencionó que su hijo había caído al Río Santiago o que había tomado agua de ese lugar, ni tampoco hicieron referencia a alguna sustancia tóxica que el menor hubiera ingerido por error.
Aurora Ayala, médico de la Cruz Verde de El Salto, quien atendió a Miguel Ángel, indicó que cuestionó a los padres y al menor para saber la posible causa que le desencadenó los vómitos y la diarrea, pero ellos no hicieron ninguna referencia con el río.
Días después, Ayala se enteró en las noticias que el niño posiblemente se había caído al Santiago y que esa era la causa de su padecimiento. También supo por los medios que tenía un golpe en la cabeza.
«No me mencionaron nada, yo me llevé la sorpresa de que lo habían tirado al río, sólo (supe) que tenía síntomas de diarrea, deshidratación, nunca me hicieron mención que un día previo lo habían tirado a esa agua sucia», expresó la doctora.
Como su estado de deshidratación era tan grave, el menor fue trasladado al Hospital General de Occidente, donde cayó en shock y más tarde en coma. El niño de 8 años murió 19 días después por una falla multiorgánica. La Secretaría de Salud indicó que tuvo una intoxicación por arsénico.
Cuando MURAL entrevistó a María del Carmen Rocha Mendoza, madre del pequeño, expresó que no recordaba con exactitud la fecha en que estuvo en contacto con el agua; estimó que fueron cuatro semanas antes de que se enfermara.
Un menor puede caer en shock por deshidratación a las dos horas de presentar diarrea si tiene una infección gastrointestinal aguda, indicó Álvaro Barriga, jefe de urgencias de Pediatría del Hospital Civil Juan I. Menchaca.
Después de dos semanas de que se hizo público el caso, la madre, en el acta ministerial 269/2008, indicó que su hijo sí cayó al río y que el 25 de enero llegó a su casa con la cabeza y los tenis mojados, pero cuando lo cuestionó, el menor dijo que se había caído a un charco.