Sergio Hernández – REFORMA
COSTA DEL PACÍFICO.- México, Estados Unidos y Canadá la consideran una especie prioritaria y está catalogada en riesgo crítico de extinción por la Unión Mundial para la Naturaleza. Esto no es suficiente para que en el País se canalicen los recursos suficientes, humanos y materiales, buscando intentar salvar de su inminente extinción a la tortuga laúd.
Los huecos gubernamentales tratan de llenarse con el trabajo de organizaciones no gubernamentales como WWF, Kutzari, Mary Tierra, Teyeliz, IFAW, entre otras, pero también de personas que ponen de su bolsillo para trabajar en las zonas de desove de Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
«Esta camioneta yo la adquirí hace cuatro años con los pocos recursos que tengo, trabajo en la construcción, me gusta la conservación y estamos apoyando a la tortuga«, señala «El Prieto», en Playa Ventura, Guerrero, donde casi nadie lo conoce por su nombre de pila, Ángel Salazar Medel.
La tortumóvil, como le pusieron al vehículo, llena el entorno de humo blanco por donde va circulando con su lámina picada y su interior desvalijado.
Aun así, la camioneta es vital para movilizar a los voluntarios, en una playa con una extensión de 5.7 kilómetros, buscando recuperar nidos de las escasas tortugas laúd que todavía desovan en esta playa, ubicada en la Costa Chica.
Otro ejemplo de apoyo a los trabajos de rescate de la especie es el de Brenda Flores Baca, recién egresada de la facultad de Biología de la UNAM, quien presta sus servicios en playa Barra de La Cruz, Oaxaca, donde se ofreció de voluntaria, para patrullar por las noches sin pago.