TIERRA COLORADA, Gro. Felipe Bernal Campos, «El Rayo», acepta que es un especialista en robar huevos de tortugas en la playa Tierra Colorada, en Guerrero.
Asegura que por esa actividad nunca ha pisado la cárcel, pero ahora está en una etapa de su vida, a sus 60 años, en la que prefirió pasarse al otro lado, apoyando las labores de conservación de la tortuga laúd.
«Yo era como el tigre, no me agarraban, a los marinos me les zafaba. Luego hubo uno de Profepa que salió más ‘tigre’, porque me andaba casi llevando», señala entre sonrisas que iluminan su rostro moreno.
Luego que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente le siguió los pasos de cerca, «El Rayo» decidió, hace cuatro años, cambiar de bando.
«Los de la Profepa hasta me abrazaron, me dijeron ‘gracias por unirte a nosotros’. Es que yo saqueaba mucho huevo, a veces me llevaba hasta 100 docenas que son 17 nidos ó 18 de (la especie) golfina.
«De laúd uno no se puede llevar más que unas 30 docenas, porque son grandes y pesados, pero cuando a uno no lo persiguen va uno y los guarda y va por más, y los vendía, porque aquí no hay nada para trabajar», explicó.
La marginación en la que vive «El Rayo» lo hace volver a la playa en época de lluvias, cuando se le terminan los ingresos del Programa de Empleo Temporal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, por el que recibe el pago de un salario mínimo, 50 pesos al día, pero sólo de octubre a marzo.
«Cuando se van ellos (los biólogos), ¿qué hago?, esta mujer (su esposa) la tengo enferma, estuvo un año tirada y no digo que no, voy a la playa para de ahí sacar dinero para las medicinas de mi mujer», señala.