Por: Abi López (@abivalerial)
Los cocodrilos de río (Crocodylus acutus) conforman una de las tres especies de cocodrilos que habitan en territorio mexicano. Tienen funciones específicas e importantes para el mantenimiento de ecosistemas acuáticos.
Sin embargo, estas funciones se han visto obstaculizadas por la interacción humano-cocodrilo, la cual ha posicionado a la especie bajo la Norma Oficial Mexicana- 059 (NOM-059) en la categoría de “Protección Especial”.
Actualmente existen 250 ejemplares distribuidos en las costas de Jalisco y Nayarit, de los cuales 13 se encuentran en etapa adulta, llegando a medir entre 3 y 4 metros. El resto son ejemplares juveniles que no superan los 2 metros. Su presencia es estable porque el porcentaje de eclosión es alto.
De acuerdo a Armando Rubio, especialista en reptiles y animales ponzoñosos, el 90% de los huevos de cocodrilo logran nacer. Por otro lado, solo 1 de 100 cocodrilos llega a la edad reproductiva; esta se alcanza entre los 10 y 12 años.
Debido a que toleran muy bien el agua salada, se mantienen en tránsito constante entre las playas de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, el río Ameca, los esteros Boca Negra y Boca de Tomates.
Las hembras se reproducen cada año, y anidan en estas mismas zonas. El periodo de anidación y los tres meses postnatales son los más peligrosos para el ser humano, ya que las hembras defienden sus crías enérgicamente.
En estas zonas existe la señalética adecuada para la interacción humano-cocodrilo, aunque no es seguida al pie de la letra.
Armando Rubio comentó en entrevista que, del año 2000 hasta el día de hoy se han registrado aproximadamente 30 ataques de cocodrilo, lo cual comparado con piquetes de alacrán o incluso ataques de perros, son relativamente pocos, pues solo abarcan el 1% del total de las afectaciones por ataques de animales.
El especialista menciona que uno de los enemigos de los cocodrilos son las redes sociales, donde se suele satanizar a la especie, siendo que, en la mayoría de los casos, los ataques de los cocodrilos se deben por invasión o provocación por parte de humanos.
Los cocodrilos tienen una función ecológica muy importante: se encargan de mantener sanos los cuerpos de agua donde habitan. Se alimentan de animales muertos y construyen canales que permiten que el agua fluya correctamente.
Su memoria genética es una especie de brújula que les permite encontrar cuerpos de agua donde habitar, pero desde hace 40 años, su hábitat se ha destruido y fragmentado por el crecimiento urbano y turístico de Puerto Vallarta. Ahora lo que encuentran son albercas y otros espacios para transitar en lugar de su hábitat natural.
Protocolo para protección
Debido a la reducción de su hábitat distintos sectores han juntado esfuerzos para defender a la especie y crear un protocolo que permita una sana convivencia entre humanos y cocodrilos.
El Protocolo de Atención a Contingencias Humano-Crocodilianos fue publicado el año pasado a través de la SEMARNAT y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
El objetivo de este protocolo es el de promover la conservación del cocodrilo del río. En la creación de este protocolo participaron el sector gubernamental, el académico y el de la sociedad civil.
Este último a través del Grupo S.O.S Cocodrilo, conformado en 2010 en Campeche por 40 investigadores especialistas en esta especie.
El protocolo busca el bienestar del cocodrilo, pues en los últimos años los ataques hacia ellos han sido feroces. Los cocodrilos terminan decapitados si este intenta defenderse de ataques, invasión o provocación.
Tan solo el año pasado dos ejemplares juveniles terminaron colgados en distintos puntos de Vallarta. Uno de los cadáveres estaba acompañado de un mensaje que amenazaba con matar a más en caso de que no pongan control.
Encuentros peligrosos
La violencia hacia los cocodrilos se debe al gran estigma que se tiene, ya que al no parecer animales carismáticos y a través del escándalo y furor en redes sociales, se genera una imagen satanizada de la especie.
En realidad, los cocodrilos de río cumplen con una labor importante para el mantenimiento de su misma especie y su ecosistema.
En caso de tener contacto con algún cocodrilo se debe llamar al 911 o a Protección Civil, donde la llamada se redirigirá al grupo S.O.S Cocodrilo, que cuenta con el material necesario para cualquier tipo de contingencia.
Las indicaciones específicas se encuentran dentro del protocolo y lo puedes consultar en el siguiente link: https://drive.google.com/file/d/1F6FNx7OSxf-Pr3KgYja8c89qxPA_dkYQ/view