Por: Adrián Carrera (@acarrahu)
3 de marzo de 2016.- El año pasado fue galardonada con el Goldman Environmental Prize por su defensa del río Gualcarque, en Honduras. Hoy por la madrugada sujetos armados la asesinaron balazos.
Era Berta Cáceres, líder lenca de 43 años, cofundadora y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
La versión policial es que dos sujetos desconocidos entraron a casa de la activista y le dispararon en dos ocasiones para robarle. Sin embargo Berta Flores, madre de la activista, afirma que «la mataron por su lucha», según reportó AFP.
En el mismo suceso, fue herido un mexicano, Gustavo Castro Soto, integrante de la Organización «Otros Mundos Chiapas/Amigos de La Tierra México”; de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), y del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4).
“Logró sobrevivir y con ello convertirse en un actor clave para las investigaciones que esclarezcan el asesinato de nuestra compañera Berta”, señala una carta que hizo pública la Asociación Civil «Otros Mundos Chiapas».
«En el contexto del terrible asesinato de la querida Berta Cáceres, solicitamos al Gobierno de Honduras su pronta atención, intervención y seguimiento a este lamentable y gravísimo suceso en la vida del pueblo hondureño. Requerimos proporcione todas las medidas jurídicas y políticas posibles que garanticen protección inmediata a nuestro compañero Gustavo Castro para que, una vez que haya brindado su declaración ante el Estado Hondureño, pueda regresar sin contratiempos a México».
Otros Mundo exige también que se garantice la seguridad de todos los miembros de la Coordinadora General del concejo cívico de organizaciones Populares e Indígenas (COPINH).
Un informe de la Organización No Gubernamental (ONG) Global Witness señala que en 2014 fueron asesinados 116 defensores de la tierra y el medio ambiente. Centroamérica y Sudamérica acumulan tres cuartas partes de estos asesinatos . El reporte señala además que se trata de una tendencia creciente y cada vez más pueblos indígenas se ven afectados.
Global Witness registra que desde 2002 y hasta abril de 2015 —fecha en que fue publicado el informe—, 111 activistas ambientales fueron asesinados en Honduras, el país con más asesinatos per cápita de defensores del medio ambiente y la tierra.
El citado reporte ya daba cuenta de la criminalización y amenazas de muerte de las que durante años fue víctima Berta Cáceres.
Ejemplo de resistencia
La activista hondureña defendió el río Gualcarque, que provee agua a cientos de habitantes de la comunidad de Río Blanco, quienes habitan en sus inmediaciones. De acuerdo a la cosmovisión lenca, el Gualcarque alberga el espíritu femenino: es considerado un río sagrado.
En 2009, después de un golpe militar, el gobierno hondureño expidió concesiones para construir 47 represas. Una de ellas fue otorgada a Sinohydro, empresa china que en alianza con la firma hondureña Desa pretendió construir la represa Agua Zarca, que afectaría al río Gualcarque.
A petición de miembros de la comunidad, la COPINH —liderada por Cáceres— apoyó al pueblo lenca. Cáceres contribuyó a la organización de los lencas en torno a su resistencia contra Sinohydro y Desa. La comunidad se opuso a los proyectos hidroeléctricos.
Quejas formales y manifestaciones en la capital de Honduras fueron infructuosas. Entonces, en 2013, la comunidad lenca decidió bloquear la carretera para así impedir el que la maquinaria continuara pasando. El bloqueó duró alrededor de dos años.
La expulsión de Synohidro se dio después de que en una manifestación el ejército hondureño mató a Tomás García, líder lenca. Entonces la comunidad exigió a la empresa china que se fuera.
Synohidro rescindió su contrato y el Banco Mundial retiró su financiamiento. Una victoria para la comunidad lenca de Río Blanco.
Sin embargo, otros proyectos amenazan los ríos de Honduras. El mismo río Gualcarque pero en otro punto, peligra por una iniciativa empresarial, mientras que Blue Energy amenaza al río Cangel.
¡Despertemos humanidad!
En abril de 2015. durante su discurso de recepción del premio Goldman —que se otorga cada año a defensores de la naturaleza—, Berta Cáceres dijo:
“En nuestras comovisiones somos seres surgidos de la tierra el agua y el maíz, de los ríos somos custodios ancestrales el pueblo lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas, que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta”.
“¡Despertemos, despertemos humanidad! Ya no hay tiempo. Nuestras consciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal”.
“La madre tierra militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente derechos elementales, nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna, y por la vida juntémonos y sigamos con la esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y de sus espíritus”.
Con información de Goldman Enviromental Prize, Global Witness, AFP y El Heraldo.