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Desde 1918 en que ocurrió la primera inundación en Guadalajara, con un saldo de tres personas fallecidas, a la fecha ya hay 198 puntos de riesgo en la

Desde 1918 en que ocurrió la primera inundación en Guadalajara, con un saldo de tres personas fallecidas, a la fecha ya hay 198 puntos de riesgo en la ciudad.


No hay la infraestructura hidráulica para la lluvia que cae, indican. Foto: Iván García

Jaime Ramírez – PÚBLICO

Desde 1918 en que ocurrió la primera inundación en Guadalajara, con un saldo de tres personas fallecidas, a la fecha ya hay 198 puntos de riesgo en la ciudad y este problema aumenta por la intensidad de las lluvias, el crecimiento poblacional y la falta de planeación en la zona metropolitana, donde la solución es complicada, afirmó el investigador de la Universidad de Guadalajara Luis Valdivia Ornelas.

Entrevistado durante un recorrido por zonas susceptibles a inundaciones, el estudioso destacó que las áreas más afectadas por este fenómeno son El Deán, la Zona Industrial, la colonia Ferrocarril, Cruz del Sur, Gobernador Curiel y Plaza del Sol, entre otras. “Son los puntos críticos, los que ya sabemos que por lo menos tienen 30 años con el mismo problema”, que es dinámico y se incrementa por la cantidad de agua, “por lo que el daño de inundación será cada vez mayor en estos puntos”.

Agregó que hay nuevos espacios urbanizados que pueden convertirse en zonas de riesgo, como Tlajomulco. Aun cuando no hay monitoreos y estudios puntuales en dicho municipio, estimó que existen por lo menos 40 puntos de inundaciones.

En la segunda parte de la gira, en Santa María Tequepexpan, el académico del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del CUCSH comentó que los desarrollos urbanos están en un sitio medio e incluso cerca del canal Arroyo Seco, que drena la mayor parte del agua proveniente de Arenales Tapatíos y del bosque La Primavera. “Entonces, aquí baja mucha agua y como el canal no es muy amplio para conducirla toda, pues se desborda”.

Reiteró que los factores que agravan las inundaciones son la falta de infraestructura adecuada, el retraso hidráulico, el crecimiento elevado de la población y que muchas zonas no debieron urbanizarse o por lo menos debieron tomar en cuenta criterios técnicos, para que el impacto fuera menor.

“Hay información, cartografía, métodos que ayudan a entender el comportamiento de estos fenómenos, lo importante es pasar a la otra etapa, a fin de que estos datos sirvan para la toma de decisiones. Tendremos que entrar en una lógica distinta”.

Valdivia Ornelas destacó que para este año podría registrarse una temporada difícil, si las lluvias tienen la misma intensidad que las de 2007. Las inundaciones colapsan la movilidad urbana, como sucede en López Mateos, afectan viviendas, arrastran vehículos y provocan pérdidas humanas, como las 34 del año pasado.

Redacción Verdebandera