El río Santiago lleva en sus agua diversos metales y contaminantes. Dos de los tramos estudiados muestran “deterioro de la calidad del agua”. Foto: Giorgio Viera
Vanesa Robles y Rubén Martín – PÚBLICO
Además de arsénico, la CEA detectó metales como el cadmio, cobre, cromo, níquel, plomo, arsénico, mercurio, zinc, presentes tanto en las aguas “tratadas” como en descargas industriales.
La presencia de arsénico (As) en el río Santiago no es una novedad para el gobierno de Jalisco. Por lo menos no debería serlo, pues desde mediados de julio la Comisión Estatal del Agua (CEA) publicó un estudio, disponible en la Internet, en el cual reporta la presencia de ese y otras sustancias venenosas en distintos puntos del torrente.
Según el estudio, que se realizó en 23 puntos a lo largo de los ríos Zula y Santiago, metales como el cadmio, cobre, cromo, níquel, plomo, arsénico, mercurio, zinc y compuestos como el cianuro estaban presentes tanto en las aguas municipales “tratadas” como en las crudas y en las descargas industriales.
El estudio lo realizó en los últimos meses de 2006 la empresa AyMA Ingeniería y Consultoría, a petición de la CEA. Después del análisis de los resultados, los especialistas propusieron a las autoridades un plan de saneamiento que debería cumplirse entre 2007 y 2014, que por lo menos el primer año ha sido ignorado (ver nota aparte).
También sugiere cambiar la clasificación de los ríos Santiago y Zula y afluentes, pues aunque algunos de los últimos están dentro de las normas, reciben de las empresas el agua muy contaminada a través de canales tributarios —lo cual no infringe la ley— y más tarde esos líquidos desembocan directamente al Santiago.
En la investigación: Identificación y caracterización de fuentes de contaminación de las cuenca directa del río Santiago, entre los municipios de Ocotlán y Tonalá, y directa del río Zula, que los ciudadanos pueden consultar en la página www.ceajalisco.gob.mx se identifica con nombres a las empresas contaminantes (ver aparte).
Una de ellas, según el documento, es la tequilera CDC, que elabora la marca Patrón: arroja una cantidad mensual de arsénico que mata la vida acuática y se considera peligrosa para las aguas de uso público urbano. En diciembre de 2007, se dio a conocer que 20 obreros de esa destiladora se intoxicaron con una sustancia que nunca quedó clara. La fábrica acusó a sus empleados de estar crudos (Público, 28 de diciembre 2007).
En el estudio que pagó el CEA se consigna que el arsénico se concentra en ocho de quince estaciones donde se tomaron muestras de agua del Santiago: desde aguas arriba de la cuenca del Ahogado, en Tlaquepaque hasta el puente de Matatlán, en Tonalá.
Los resultados que obtuvo el gobierno del Jalisco hace siete meses coinciden con de las pruebas que realizó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en los restos de un mamut milenario que se descubrió bajo el suelo de la colonia El Terrero, en el noreste de la presa El Ahogado, en El Salto: el 16 de marzo de 2007, esa dependencia ordenó a los arqueólogos que trabajaban en el sitio que cubrieran de inmediato los huesos que intentaban rescatar, pues la contaminación por arsénico del esqueleto y el suelo ponía en riesgo la vida del equipo, señaló en ese momento el arqueólogo Eduardo Ladrón de Guevara.
El arsénico es sólo uno de los metales pesados que pululan en las auguas del río Santiago. De cianuro se detectaron cargas que pasan los límites cerca del poblado de Coyula, en Tonalá; la aportación de cobre más alta se atribuye a las tequileras La Alteña, 7 Leguas y Destiladora Alteña; el mercurio que recibe el río en la zona industrial de El Salto es riesgoso; Quimikao y Sach Boge arrojan el Níquel, mientras la destiladora Juan Diego y la Celanese afectan el torrente con descargas altas zinc.
Para los miembros de distintos grupos organizados, que el jueves se entrevistaron con el diputado Enrique Alfaro Ramírez, el problema es que hasta ahora se ha analizado al río a través de descargas independientes, la mayoría de las cuales no violan las normas, pero que entre todas causan una contaminación mortal. Los activistas señalaron que por eso es necesario avanzar hacia leyes más rígidas.
Los análisis del CEA indican que además el Santiago está “severamente contaminado” con nitrógeno y fósforo, muy venenosos, igual que el arsénico, a desde la cuenca del Ahogado —a la altura de los municipios de El Salto y Juanacatlán— hasta el puente de Mazatlán, en Tonalá. “En este tramo de 20 kilómetros, aguas arriba y aguas abajo del arroyo del Ahogado, el Santiago acusa un deterioro severo, y la calidad de sus aguas es similar al de un efluente —depósito— de un sistema de tratamiento y no a la de un río”.
Las tareas de saneamiento del Santiago, estancadas
El gobierno de Jalisco identificó no únicamente los materiales que contaminan las aguas del río Santiago, sino también las acciones específicas para sanearlo. Pero las ha ignorado.
Según el calendario de acciones de saneamiento establecidas por la Comisión Estatal de Agua (CEA) en diciembre de 2006, que comprende un plan de actividades de 2007 a 2014, el año pasado debieron llevarse a cabo 19 acciones por parte de los tres niveles de gobierno. Pero ninguna de estas acciones aparece reportada como cumplida por el gobernador Emilio González Márquez, en su I Informe de Gobierno, ni en el Plan Operativo Anual 2007 de la CEA.
Fraccionamiento La Azucena, donde vivía Miguel Ángel López Rocha.
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Las recomendaciones forman parte del estudio sobre las fuentes de contaminación de las cuenca directa del río Santiago, y directa del río Zula, elaborado por la empresa AyMA Ingeniería y Consultoría, encargado por la CEA.
El último capítulo del documento está dedicado a las recomendaciones. Ahí se deja en claro la importancia de estas tareas, de cara a cumplir con los requisitos para la construcción de la presa de Arcediano.
“Es de interés prioritario para el gobierno del estado el saneamiento y mejoramiento de las condiciones ambientales de las cuencas de aportación de la futura presa Arcediano por lo que es recomendable establecer un programa de monitoreo para la vigilancia de las principales descargas de agua residual de origen industrial, pecuario y municipal en las cuencas de los río Zula y Santiago”.
Se pedía también responsabilidad estatal en las tareas de control de las fuentes contaminantes. Este punto se consideró especialmente importante, puesto que ahora “la vigilancia, el control y la aplicación de sanciones por incumplimiento a las descargas de aguas residuales a los cuerpos receptores nacionales son en la actualidad competencia única y exclusiva del gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua. Por lo que el gobierno de Jalisco, a través de la CEA, deberá de hacer del conocimiento de la autoridad federal las anomalías e incumplimientos detectados en las inspecciones de campo”.
Se esperaba el arranque de los colectores y de la planta de tratamiento de aguas residuales en el arroyo de El Ahogado, el control de las descargas de las granjas porcícolas, mejorar el control de los lixiviados en la planta industrializadora de Caabsa Eagle, y mejorar las plantas de tratamiento de las empresas Ciba, Nestlé, Celanese, Industrias Ocotlán, y Cytec.