*Este reportaje ganó el Premio Jalisco de Periodismo
Por Alejandra Guillén. Primera de dos partes
27 de noviembre de 2012.- A la Sierra de Manantlán entraron armados. Tiraron árboles. Abrieron brecha. Avanzaron camiones gigantes. Inmensos. Como para cargar pedazos de cerros. Los traxcavos llegaron a los límites de la Reserva de la Biosfera, metieron máquinas, arañaron la tierra, la reventaron, encontraron hierro y lo treparon por toneladas a las tolvas.
La escena se repitió en varias ocasiones en los alrededores del Área Natural Protegida, especialmente en 2010 y 2011. Los mismos años en que se registró la misma problemática en municipios como La Huerta, Pihuamo y Cuautitlán de García de Barragán, Jalisco; en Minatitlán, Colima; y en la sierra de Michoacán.
La mayor parte del hierro extraído de manera ilegal ha salido por los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, con destino a China, el país que en el mundo más consume este metal.
Todo empezó con la crisis financiera global de 2008: el precio de los minerales escaló a la estratósfera y empresas trasnacionales escanearon el mundo para encontrar países con yacimientos atractivos y legislaciones flexibles. México cumplió con los requisitos. Así que originarios del dragón asiático llegaron por el Pacífico mexicano para embarcar miles de toneladas de hierro con rumbo a los puertos chinos Qingdao y Tianjin.
“Ellos vienen con dinero, mucho, compran todo sin importar de dónde se sacó”, cuenta un joven que tiene un patio a poca distancia del puerto de Manzanillo, Colima. En patios como ese el metal se almacena para embarcarse al extranjero.
Con estos ríos de dinero, la codicia se activó y provocó un boom de minería ilegal.
En 2008 se escucharon los primeros casos de explotación ilegal en Jalisco: en Tapalpa, los habitantes detectaron que por el Pueblo Mágico pasaban camiones (traxcavos mano de chango marca Caterpiller) cargados de pedacera de cerro desgajado, que contenía hierro cotizado en millones de pesos en el mercado legal.
Cuautitlán de García de Barragán también recibió denuncias de los nahuas, quienes frenaron la entrada de una empresa china que había comenzado a explotar sus tierras de manera ilícita.
El panorama se complicó en 2010 y 2011, cuando comenzaron a detectarse grupos armados que extraían minerales para venderlos al país asiático.
El ejemplo más mediático fue en octubre de 2010, con la detención de cuatro integrantes del cártel La Familia, por exportar a China un millón 100 mil toneladas de hierro ilegal por un valor de 42 millones de dólares.
El boletín que en esa fecha envió la Procuraduría General de la República (PGR) acusaba a este cártel de tener relaciones comerciales con por lo menos tres importantes empresas internacionales establecidas en México y dedicadas a la exportación del mineral hacia el país asiático.
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) detectó que se trataba de una red internacional de lavado de dinero. Cuando los detuvieron, los cuatro integrantes del cártel portaban armas producidas en China, un rifle de asalto con la leyenda “la Mafia no perdona” y una pistola con la palabra “Killa”.
Fotos: Armas chinas aseguradas por la PGR a presuntos integrantes de La Familia
El subprocurador de Inspección Industrial de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Sergio Herrera Torres, señala que en 2010 y 2011 se exportaron cuatro millones anuales de hierro desde los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, y en menor medida de Topolobampo, Sinaloa.
“Detectamos que la mayor parte de lo que se fue (a Asia) era ilegal, que se había extraído sin contar con cambios de uso de suelo ni autorización de impacto ambiental. Incluso no tenían ni siquiera los títulos de las concesiones y aun así se pudo vender a otros países”.
La PGR tiene cuatro investigaciones por extracción ilegal de hierro en el municipio de Colima (entre 2010 y 2012) y una en Michoacán del año 2010, de acuerdo con la solicitud de transparencia 0001700132212 formulada a la dependencia federal.
La minería ilícita echa raíces
El despojo a causa de las ambiciones que despierta la minería ya es costumbre vieja. Tan vieja como la época colonial en América.
La diferencia es que antes llegaban con barras, picos y marros, no con explosivos y máquinas devoradoras de cerros, se quejaba en enero de 2008 el comunero Lino Roblada Flores, de la comunidad de Ayotitlán, en Cuautitlán de García de Barragán, Jalisco, a propósito de que un día de buenas a primeras se metieron a sus tierras en busca de minerales y a cambio le dejaron árboles muertos, suelo sin vida, rocas revolcadas, un río muerto y rabia en toda la comunidad.
El desastre lo ordenó la empresa Gan-Bo Comercializadora Internacional de Minas, que días después quiso negociar directamente con el nahua Roblado Flores, pidiéndole que firmara un convenio en chino, ¡en chino mandarín! La comunidad indígena de Ayotitlán se sulfuró aún más y demandó por despojo.
Un año después, la misma empresa solicitó otras concesiones mineras en la misma región nahua, pero en el ejido Tequesquitlán. La Secretaría de Economía (SE) las otorgó sin ningún obstáculo, a pesar de que Gan-Bo nunca reparó el daño del predio de Lino Roblada.
La compañía del chino Liantuan Wu volvió a la zona serrana, incluso con dos autorizaciones de abril de 2012, una para exploración y otra del cambio de uso de suelo. En el expediente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se incluye el pago del trámite, por 46 mil 687 pesos, y un convenio de arrendamiento por el lote conocido como El Ratón.
El ejidatario con el que “negoció” no sabe leer y escribir. Sólo aparecen sus huellas dactilares que “autorizan” la transacción de siete mil pesos al mes a cambio de que acaben con sus tierras para extraer hierro. Es decir: el campesino recibiría unos cuantos miles de pesos por un par de años y ni un solo ser vivo le quedaría entre tanto desecho minero, pues esta actividad deja inerte la tierra por cientos de años.
Aunque la empresa cuenta con los permisos ambientales, en lo agrario hay irregularidades, ya que ningún ejidatario puede otorgar un permiso de este tipo; se necesita la autorización de la Asamblea, la máxima autoridad agraria.
Y es que la ilegalidad en la minería se da tanto por no contar con la concesión minera o con los permisos ambientales, como por despojar a las comunidades de su territorio.
La Cámara Minera de México (Camimex) menciona en su Informe anual 2012 que hasta hace un par de años no había problemas de minería ilícita o se encontraba muy focalizada; sin embargo, a raíz de los altos precios alcanzados en las cotizaciones de los metales, “esta mala práctica” ha venido creciendo en la minería del carbón (en el Norte del país) y del fierro.
En Jalisco, dicha práctica es común en el Eje Volcánico Transversal y en la Sierra Madre del Sur, ya que es donde se encuentra la mayor parte de los depósitos férreos en el país.
En esta región, la Reserva de la Biosfera de la Sierra de Manantlán es la más cotizada: a mayor riqueza biológica, mayor posibilidad de tesoros férreos.
En junio de 2011 la delegación Jalisco de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró una mina en el área de amortiguamiento de la Reserva del Área Natural Protegida, en el ejido El Terrero, en Tolimán.
La dependencia nunca había tenido tantos procedimientos administrativos por minería como en ese año. Entre los años 2000 y 2005 sólo registró tres casos, en 2006 hubo tres y en 2007 aumentó a cuatro expedientes. El siguiente año subió a seis, en 2009 llegó a nueve; en 2010, cinco; y en 2011 se abrieron 11 expedientes, de acuerdo con la respuesta a la solicitud de transparencia 1613100061311.
De esta última cifra, tres fueron en Cuautitlán de García de Barragán, donde se encuentra la mayor parte de la Reserva de la Biosfera.
En Manzanillo, Colima, circulan todos los días camiones (con tolvas) repletos de mineral. En las colonias de los alrededores hay cerca de 50 patios en los que se tritura y se almacena el hierro, pero en la mayoría no informan para qué empresa trabajan o el origen del material.
Una vez cargadas las tolvas, cruzan la aduana y descargan el producto en alguna de las tres grandes terminales portuarias. El producto ya procesado puede trasladarse a granel o en contenedores y tarda alrededor de 15 días en llegar a China.
El mercado asiático es tan importante que por la zona hotelera se ven más escuelas de aprendizaje de chino mandarín que de inglés.
–¿Hay muchos chinos por aquí?
–¡Uhhh! tamos llenos… ya tienen varios años por acá– responde el trabajador de uno de los patios cercanos a la aduana.
“Los chiquillos malos” brincan a la minería
Mientras que el Gobierno federal presume que este año habrá una inversión récord de más de mil millones de dólares en el sector minero, los empresarios comienzan a angustiarse por la incursión del crimen organizado en esta actividad económica.
Además de ser un negocio millonario, permite lavar dinero, se realiza en zonas apartadas (donde se complica la entrada de las autoridades) y es una actividad menos perseguida que el trasiego de drogas.
El hierro además se vende más fácil que el oro y la plata, porque requiere menos procesos químicos.
Un empresario local relata que antes “los chiquillos malos” sólo pedían que se respetaran los plantíos. Cada quien en su negocio, advertían.
“Pero la cosa se ha puesto tan fea que muchos costaleros tuvieron que empezar a huir y vieron que en los minerales podían encontrar dinero rápido y fácil. Algunos solo piden cuota, pero otros han visto que ellos mismos pueden tener el negocio, así que roban maquinaria y explotan a la mala”.
Un comerciante de Manzanillo confirma que el crimen organizado está “metidísimo” en este mercado, principalmente en Pihuamo, Jalisco, en la sierra de Michoacán y en Colima.
El portal de periodismo de investigación In Sight Crime (Organized Crime in the Americas) publicó el 17 de julio pasado que en los últimos años los cárteles han comenzado a incursionar en la industria minera.
El secuestro de trabajadores y la extorsión les representa 37 mil dólares (casi medio millón de pesos) mensuales en cuotas de seguridad a cada una de las empresas y el robo de los recursos para vender en el mercado negro.
El 1 de mayo pasado el diario nacional Excélsior publicó que los cárteles de la droga en México ahora abarcan el robo de oro y plata para usarlo como moneda de cambio entre organizaciones trasnacionales, así como para elaborar joyas y armas, y lavar dinero.
La fuente de la nota es la PGR e informa que de 2008 a 2011 han consignado a 163 personas por operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El 31 de julio de 2012 el Centro de Investigación Periodística Chile (Ciper) publicó una serie sobre la industria minera en Colombia, en la que la periodista María Teresa Ronderos da cuenta de cómo grupos paramilitares y el narcotráfico han incursionado en el negocio minero. El mismo fenómeno se comienza a resentir en México.
***
“Los que nos dedicamos a esto sabemos que los chiquillos malos siempre van a llegar a pedir su cuota”, relata un minero local que incluso ha tenido que abandonar yacimientos por las amenazas de secuestro y extorsión de algunos grupos criminales. Cuenta que a cada lugar al que llega, “ya sabemos que tenemos que negociar con los ‘dueños’ de la plaza para que nos dejen trabajar”.
En Jalisco hay zonas del Sureste, del Norte y de la Costa Sur donde algunos empresarios formales de plano ni entran, aunque tengan yacimientos millonarios. En los sitios donde sí es posible, negocian con los grupos criminales el pago de “cuota” de un dólar por tonelada (aunque hay versiones de que llegan a pedir tres dólares por tonelada).
El mismo empresario cuenta que integrantes del cártel que controla la zona limítrofe de Jalisco y Michoacán le han pedido que además del “impuesto” por dejarlo trabajar, les dé empleo a las comunidades donde se explotarán minerales. “Por eso los quiere la gente, a veces el narco los protege más que las autoridades, desafortunadamente”, lamenta.
Minas importantes como El Encino, en Pihuamo, Jalisco, extraen dos mil 500 toneladas al día, revela el Panorama Minero de Colima 2011 que publica la Secretaría de Economía. Suponiendo que una empresa que opera en ese municipio pagara “derecho de piso”, el monto sería de mil 500 dólares diarios (casi 20 mil pesos).
Ante el riesgo que implica entrar a zonas aisladas de centros urbanos y trasladar los minerales, las grandes empresas comienzan a contratar elementos de seguridad privada.
Un ex transportista, que ahora vive en Manzanillo, afirma que los camiones de hierro casi siempre van escoltados por grupos armados hasta los dientes.
“Yo era chofer, pero me salí de ese negocio porque ya me sacaron varios sustitos, me han robado toda la carga en tres ocasiones; la última vez nos pararon unos fulanos en el ‘Triángulo de las Bermudas’ (por la carretera a Ciudad Guzmán, a la altura de las gasolinerías Las Cuatas, en Tlajomulco) y me dejaron amarrado a un árbol, con la boca tapada con cinta canela. Ya sentía que no la hacía… Me encontraron allá por Poncitlán, de milagro me dejaron vivir. Y ya no quiero volverme a arriesgar”.
A los “fleteros” se les paga un dólar por tonelada por kilómetro de transportación, porque su trabajo es considerado el más peligroso en esta cadena de producción minera.
“Son los más extorsionados. Sabemos de casos en el Sureste de Jalisco y los municipios colindantes de Michoacán de robos de góndolas y asesinatos de algunos fleteros. Entonces resulta que también comienzan a controlar el traslado a los puertos”, revela el ex transportista.
El hierro que le interesa a China es justamente el que se extrae de zonas cercanas a los puertos, porque la transportación eleva los costos. Hay productos como la barita, que se usa en la explotación petrolera, que sale por algún puerto del Pacífico y se envía por Panamá con rumbo a Veracruz, ya que sale más barato y menos peligroso que transportarlo por tierra en México.
México, inseguro para la minería
La Cámara Minera Mexicana plantea en su informe de 2012 que uno de los mayores retos que enfrentan los empresarios mineros es la “inseguridad”, por tratarse de una actividad que mayormente se realiza en zonas apartadas de las ciudades. “La exploración minera es uno de los sectores industriales más vulnerables ante el crimen organizado”.
En 2011, el sector gastó 74 millones de pesos en seguridad y este 2012 prevén que será de 107 millones de pesos.
El Fraser Institute, publica cada año el informe denominado Survey of Mining, informe que indica los países donde hay mayor seguridad física (se consideran las amenazas de grupos de ataque: terroristas, criminales, guerrilleros, etcétera). Desde 2010, México salió mal parado en el número 67 de 79 países, lista que encabeza Suecia como el más seguro para invertir. En 2011, la situación se agravó y pasamos al número 85 de 93 posiciones, incluso por debajo de Colombia.
[box type=»note»]Los países más seguros para minería
Fuente: Fraser Institute Survey of Mining Companies 2011/2012
Año 2011:
1 Suecia
2 Polonia
84 Colombia
85 México.
Año: 2010
1 Suecia
2 Noruega
42 Chile
56 Brasil
67 México
70 Colombia[/box]
“Uno de los mayores retos que enfrentamos, como sector, es la inseguridad. Por tratarse de una actividad que mayormente se realiza en zonas apartadas de las ciudades”, indica la Cámara Minera.
Y es que el material es tan “caprichoso”, que justo se encuentra en las zonas de más difícil acceso.
Los “chiquillos malos”, como los nombra un empresario del sector, aparecen normalmente después de que se abrió brecha, se negoció con los ejidatarios o comuneros y se tiene el permiso ambiental. Es decir, justo cuando los trabajadores comienzan a “limpiar muelas”, que es cuando descapotan toda la cobertura de suelo, hasta llegar a los depósitos minerales.
“Quién sabe cómo se enteran, pero siempre llegan. Algunos te encañonan y te dicen que ya les debes. Otros son más tranquilos y sólo se presentan para negociar. Las amenazas llegan si te les pones al brinco (por no querer pagar). Muchos hemos tenido que dejar sitios en Zacatecas, Nayarit, en el Norte de Jalisco. Ahí es donde empiezan las pérdidas, porque dejamos hasta la maquinaria… y a muchos ya los han secuestrado”, relata el empresario.
Asegura que hay zonas en los límites de Jalisco y Michoacán donde han matado “denuncios” (quienes tienen los títulos de concesiones mineras) y hasta a ejidatarios que se oponen a la explotación. “Los truenan en el campo y los desaparecen. Como es tierra de nadie y no se investiga, nunca se sabe qué pasa por allá”.
Como en cualquiera de los negocios donde corren ríos de dinero, “uno aprende a desconfiar de todos. Es necesario dudar, siempre dudar”, advierte.
En 2011 la minería en México fue la cuarta fuente de divisas con 22.5 mil millones de pesos, por encima del turismo.
La tendencia mundial parece que será que los precios de los minerales seguirán incrementándose… La apuesta del Gobierno federal es que este sector puede sustituir los ingresos por petróleo.
El negocio con China
En la lista de proyectos mineros operados por compañías de capital extranjero que aparecen en la página web de la Coordinación General de Minería de la Secretaría de Economía, las empresas coreanas, chinas y japonesas se ubican únicamente en Jalisco, Colima, Michoacán y Sinaloa (el resto de la inversión en el país es prácticamente canadiense, alrededor del 75%).
El interés de los gigantes asiáticos en el Occidente del país tiene que ver con que esta región es la más cercana a los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, la misma razón geográfica que ha incidido para que Jalisco, Michoacán y Sinaloa sean los sitios donde hay más narcolaboratorios en México (El Informador-21/11/11).
En octubre de 2010, cuando se detuvo a integrantes del cártel La Familia por vender hierro ilegal a China, la PGR informó que el robo de este mineral en la costa de Michoacán se había acrecentado en los últimos años, al ser una zona de control de dicha organización criminal, al igual que lo es el puerto de Lázaro Cárdenas.
De ahí que en el sector minero corra el rumor de que algunos grupos criminales también intercambien efedrina por hierro. Esto porque en el Informe Mundial sobre las Drogas 2011 se coloca a estos dos puertos del Pacífico como los principales puntos de ingreso de precursores químicos al país, en su mayoría provenientes de China (hay que recordar el gran decomiso de 2006, a Zhenli Ye Gon, de 19.5 toneladas de pseudo efedrina).
En esos mismos puertos es donde se carga el hierro con destino a China, producto que pasó de venderse en 40 dólares por tonelada en 2004, a costar entre 120 y 170 dólares hasta agosto de 2011, de acuerdo con el Informe de Minería 2011 de la Cámara Minera.
En medio de este panorama, Jalisco pasó de producir 24 mil 123 toneladas de hierro en 2006 a 381 mil 115 toneladas en 2010.
Aunque el total de toneladas representa apenas el 2.72% de la producción nacional que es de casi 13.9 millones, hay que tomar en cuenta que la Dirección General de Minas da por hecho que la Mina Peña Colorada (de las mayores productoras del país y que opera desde hace 44 años a 52 kilómetros del puerto de Manzanillo) está en Colima, aunque en realidad se localiza en la zona limítrofe que se disputa esa Entidad con Jalisco.
Por esta razón, Colima aparece como el Estado que produce el 24.35% de la producción total a nivel nacional, con tres millones 408 mil toneladas.
Todo este material tiene como principal destino China, el mayor consumidor de acero en el mundo y el mayor importador de hierro con 70% del total mercado, que tiene como fin la construcción de mega obras que contribuyen al crecimiento económico y a la imagen de “primer mundo” y bonanza que muestra este dragón asiático.
La Cámara Minera asegura que el hierro sale por Lázaro Cárdenas y Manzanillo a través de 14 empresas que actúan como traders o consolidadores.
Jalisco cuadruplica territorio concesionado
En los últimos cinco años se repartieron concesiones mineras a diestra y siniestra. A tal punto que del 18 de enero de 1927 que se entregó el primer título en México para explotación en el predio “Doña Lupe” (Nuevo Casas Grande, Chihuahua) a la fecha, la Dirección General de Minas dice (vía solicitud de transparencia) que hasta 2011 estaba concesionado 13% de del país. Dicho de otro modo, son 25 millones 523 mil hectáreas, una extensión mayor al territorio de Chihuahua, el Distrito Federal y Colima, juntos.
Esa cifra oficial es modesta. Hay investigadores como Francisco López Bárcenas que tan sólo de sumar las concesiones que aparecen desde el año 2000 a la fecha en la página de la Secretaría de Economía, el total es de casi 30 por ciento.
En Jalisco la situación es similar: de tener concesionado en 2005 apenas el 6.6% del Estado, para 2011 ya estaba entregado el 26% (cifras del Servicio Geológico Mexicano y de la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía). Es decir, en seis años se cuadruplicó el territorio concesionado.
Los títulos se otorgan por 50 años renovables a 100 años. “¿Para qué quieren 100 años? Pues para especular, suben o bajan el oro, porque como ahora las concesiones se pueden vender, conjuntar, dividir, un consorcio puede controlar muchas acciones y las venden… ¿Y la propiedad de la Nación?”, plantea el investigador Francisco López Bárcenas en su libro El mineral o la vida: la legislación minera en México.
Balanza comercial desequilibrada
En los últimos años, las exportaciones al país asiático están entre 200 y 400 millones de dólares, señala el doctor Clemente Hernández Rodríguez, coordinador de la Cátedra Asia-Pacífico: negocios y competitividad en China, del TEC, campus Guadalajara.
El economista explica que la relación con China es reciente y está basada principalmente en la exportación de minerales, ya que dicho país comienza a interesarse en este mercado en países latinoamericanos.
En 2011, del total de exportaciones México-China, 6.3% fue hierro y es el quinto producto en nivel de importancia.
Antes, la balanza comercial era de 32 dólares a favor de China contra uno a favor de México. Ahora es de ocho a uno “y sin duda esto se debe a la minería, negocio que también está generando negocio para algunos empresarios mexicanos”.
Hernández Rodríguez considera que la relación de China con estos países es “desequilibrada” en la balanza comercial, ya que el país asiático extrae minerales e insumos y en contraste “nosotros importamos productos manufacturados, textiles, zapatos, electrónicos”.
Y es que, reflexiona, la minería sí es un sector que da empleo, pero la derrama económica no es tan clara como en otros sectores económicos. En éste, el trabajador sólo ve su salario y las ganancias millonarias se quedan y las concentran los poseedores de las empresas mineras (tanto nacionales como extranjeros).
El investigador del TEC, campus Guadalajara, puntualiza que México debe empezar a tener reglas claras sobre la minería, especialmente en lo laboral y ambiental, “porque es evidente que aquí se derrumba una mina y se quedarán atrapados porque no se cumple con la legislación laboral en la materia. Tendrán que generarse nuevas estructuras para que se proteja al humano, a la persona, y luego para generar competitividad no solo en explotación del recurso, sino en su valor real, que es por lo cual se saltan estos procesos legales”.
Además, resalta, un país no puede basar su desarrollo económico (se prevé como una alternativa al petróleo) en el sector primario exportador, “no es sustentable a largo plazo. Sin una buena regulación, los impactos sociales y ambientales pueden ser voraces”.
[box type=»info»]Datos relevantes
*En Jalisco, desde la época precolonial, los indígenas de la región de Bolaños ya trabajaban la plata de forma rudimentaria.
*En el siglo XVII los centros mineros estaban en Hostotipaquillo, Guachinango, San Sebastián y Puerto Vallarta.
*En 1950 se explotan los yacimientos de manganeso y fierro en Autlán, La Huerta, Pihuamo. La minería sufrió altibajos durante algunas décadas.
*El Estado tiene una superficie de 80 mil 836 kilómetro cuadrados y 26% está concesionado.
*Las exportaciones nacionales de 2011 ascendieron los 22 mil millones de dólares, 45% más que en 2010, según Cámara Minera.
* En 2011 el sector minero invirtió un total de cinco mil 612 millones de dólares, superior en 69% a los 3 mil 316 millones en 2010.
*El 70% de empresas en México son extranjeras y de éstas el 75% son canadienses. El resto son chinas, australianas, estadounidenses, japonesas.
*La actividad se concentra en 320 empresas que trabajan en 763 proyectos.
Fuente: Dirección General de Minas, SE, INEGI, SHCP[/box]
Producción nacional 2010
Fierro
A nivel nacional 13 millones 998 mil 273 toneladas
A nivel Jalico 381 mil 115 toneladas
Valor producción nacional 7 mil 087.85 (mdp)
Valor producción estatal 192.97 (mdp)
[…] los años 2010 y 2012, como lo documentó la periodista Alejandra Guillén en Verdebandera, hubo un boom de explotación ilegal de minerales y madera. El destino era muy claro: el puerto de […]