Los habitantes de la pequeña nación de Kiribati han aceptado la desaparición inexorable de sus paradisíacas islas bajo las aguas del Pacífico a causa del cambio climático, y buscan un nuevo lugar en el que vivir.
Kiribati, un archipiélago compuesto por 33 atolones y una isla volcánica, es el hogar de unas 105.000 personas que en menos de medio siglo, si se cumplen las previsiones, será engullido por el océano.
El presidente del país, Anote Tong, ha anunciado que Kiribati desaparecerá y ha iniciado una gira internacional a fin de encontrar una nación de adopción para sus conciudadanos.