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Maderero amenaza de muerte a voluntarios


Sierra de Talpa, afectada por la carretera. Cerca de allí está el bosque de maple amenazado. Foto: Marco A. Vargas

Policías de Talpa bajo sospecha; alcalde amenaza romper con la Profepa.

Agustín del Castillo – Público

Ya no voy a venir a buscarte —le advirtió a don Guadalupe el irritado maderero—; a donde te encuentre te voy a mandar meter de balazos, hijo de tu perra madre…».

De este modo, Isidro Mata Pacheco, dueño de un aserradero ubicado en crucero de San Miguel, en Talpa de Allende, ayudado por la diligente información que le proporcionaron los elementos de la Policía Municipal, acudió en persona a amedrentar a dos ciudadanos que trabajan como voluntarios en el Comité de Vigilancia Participativa instalado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Esto, luego de que éstos pillaron uno de sus camiones con tres trozos de Abies guatemalensis variedad jaliscana, árbol en peligro de extinción y protegido por las leyes ambientales mexicanas, la tarde del pasado martes 18 de diciembre.

Es cierto, traían guía como lo marca la ley, pero sólo podía haber cortado algún tipo de pino. José Guadalupe Alonso Torres, talpense de 60 años, quien al asumir la tarea gratuita de defender los ricos ecosistemas que le quedan a este municipio enclavado en la Sierra Madre del Sur, estudió la forma de identificar la madera, reconoció el fraude y avisó a los gendarmes que debían detener la carga, en una ronda que daba del poblado de Aranjuez hacia la cabecera. Luego siguió su camino mientras los policías, de mala gana, aseguraban el camión.

Al llegar al pueblo, se ponchó una llanta de su camioneta, por lo que fue a parcharla mientras dejaba a su mujer en el vehículo. Al regresar se encontró con el molesto maderero.

«Esa persona me amenazó de muerte; dijo que nos partiéramos el tiro. Le dije yo que estamos elaborando un trabajo y no estamos peleando con nadie […] él le arrebató la credencial [de Profepa] a mi señora, me dijo que madres que me la entregaba; Dijo, ahorita me voy con Toribio, porque los policías le dieron datos de donde vivía; que Toribio era mi patrón y de ahí dependía yo, y lo amenazó también a muerte, si le hacemos otra, dijo…».

Toribio Quintero Moro es el más destacado ambientalista en Talpa. Ha defendido en condiciones desiguales el bosque de arce o maple que se ubica a unos 25 kilómetros de la cabecera, único en el país, mientras el gobierno de Jalisco dañaba la zona contigua con sus obras de carretera ilegales. Además de denunciar depredadores humanos, de proteger especies en peligro como el jaguar (Panthera onca) y de hacer gestiones para que se apoye a los campesinos, trabaja proyectos de conservación en microcuencas para lograr que ejidatarios y propietarios dejen de dañar el entorno natural.

A ese mismo Toribio fue a amedrentar el talamontes Mata Pacheco, a su domicilio, la noche de anteayer. Fue una visita más rápida y directa. Simplemente le hizo la oferta de unos balazos si no «le bajaba».

Minutos después, el camión maderero con la carga sospechosa era soltado por los policías. Según éstos, la decisión se tomó luego de una llamada telefónica de Alejandro Alba, inspector acreditado de la Profepa en Puerto Vallarta, es decir, de los que sí cobran.

«Este inspector lo dejó a decisión de la policía soltar la carga, pues la guía amparaba la cantidad de trozos que había en el camión, pero fue un error, porque había madera de una especie en peligro; una mala comunicación, al inspector no le correspondía decidirlo», declaró ayer el vocero de la Profepa en Jalisco, Juan Carlos Díaz Morales.

Esto provocó una llamada áspera entre el presidente municipal de Talpa, Gildardo Sánchez González, y el delegado de la Profepa, José de Jesús Becerra Soto. Ante la amenaza de Talpa de romper tratos con la dependencia, se decidió mandar hoy una comisión para corroborar los hechos del camión detenido; visitarán el predio Piedra Rajada, donde se cortó la madera, y pasarán por el aserradero. Encabezan el subdelegado de recursos naturales Gustavo Bonilla, para hacer valoraciones, y el jefe de programa de Comités de Vigilancia, Carlos Sánchez Romo.

«No tenemos ninguna garantía, la Semarnat y la Profepa les dan permisos y dejan pasar la madera; a ese paso, vamos a largar esta arpa, pues no tenemos seguridad», advirtió don Guadalupe.

Isidro Mata Pacheco es señalado por muchos dueños de bosque de ser un talamontes «dañero», de esos que se lleva más árboles de los autorizados,que amenaza por doquier y corrompe por protección. Anteayer mandó al hospital de Talpa, con una crisis de hipertensión, a don Guadalupe. Pero mantiene en pie una oferta de balazos si lo siguen molestando.


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Redacción Verdebandera