Vanesa Robles – PÚBLICO
Los vecinos de la colonia Las Fuentes, en Zapopan, refrendaron ayer su oposición a la instalación de un casino Winpot en la avenida López Mateos Sur y acusaron a la directora de Padrón y Licencias de esa ciudad, Guadalupe Castillo Novoa, de no respetar la voluntad de los moradores del barrio.
El presidente de la asociación vecinal, José María López Cortés, afirmó que los colonos no han autorizado la instalación de negocio alguno en el terreno de siete mil metros cuadrados, donde hace unos años se demolió una casa vieja.
Los vecinos también se niegan a que el predio sea ocupado por escuelas, cafés u hoteles.
El pasado 9 de agosto, el alcalde de Zapopan, Juan Sánchez Aldana, consideró esa actitud intransigente, pues el uso del suelo de la avenida López Mateos es de alta densidad y permite cualquier negocio. También dijo que ha visitado varios centros de juego de la urbe y no encuentra que causen problemas o ruidos. Sin embargo ayer, durante la sesión de Cabildo, dejó entrever un cambio de actitud, pues dijo que aún falta que la Secretaría de Gobernación dé su permiso y para ello se necesita un aval del municipio, el cual aún no se da y podría no otorgarse; decisión que se tomará en los próximos días, tras reunirse con los inconformes y la oficial de Padrón y Licencias.
La respuesta vecinal es de preverse: los habitantes de Las Fuentes no están dispuestos a moverse de su postura. Respecto al casino, la gran mayoría de los asistentes a una asamblea convocada por las autoridades de Zapopan el pasado 8 de agosto, se negó a su instalación, pero la respuesta de Guadalupe Castillo fue que el uso de suelo de López Mateos permite el funcionamiento del centro de juegos que tendría 650 máquinas de bingo (o lotería automática) un restaurante, un bar y estacionamiento para 150 vehículos.
En general, los colonos de Las Fuentes afirman se sienten traicionados por el alcalde de Zapopan desde el principio de la Administración, pues dicen que cuando acudieron a él por primera vez, éste los presionó para la construcción de un gran hotel y la ampliación de la iglesia del barrio, con el argumento de: que hasta “el señor cardenal ya me jaló las orejas”.
Añadieron que sin su permiso, hace un año el párroco Eduardo Medina invadió 300 metros de jardineras públicas para ampliar las criptas del templo.
Ya solicitaron una audiencia con el alcalde zapopano, para expresarle sus molestias. Al parecer esta vez sí los va a escuchar