Por esta avenida se aplica la ley del más fuerte, dice usuario de la bici durante 30 años.
Aunque muchos lo hacen, andar en bicicleta es arriesgar la vida. Foto: Giorgio Viera
Patricia Martínez – PÚBLICO
Pero… “que saquen a todos los camiones”. Pero… “que no pase cerquita de los carros”. Pero… “¡Cómo!, si no hay lugar”. Pero… “¿Usted todavía les cree? Ése gobernador Emilio nomás promete porque va por el hueso, ya sabemos cómo son los políticos”. Pero… “Está bien, ¿pa cuándo?”.
¡Señor, señor! ¿Usted usaría una ciclovía aquí, por la Calzada? “¡Uuuuh, hasta cree!, si el año pasado los támaros [policías] nos andaban bajando de la Plaza Tapatía, que se supone que es para el peatón, pero pues nunca hay lugar para uno por ningún lado” (Luis Gutiérrez, 36 años de ciclista; una vez se cayó porque se le atoró un palo de escoba que estaba tirado a la orilla de un carril, en la Calzada).
¿Y usted? “Ah, pues claro. Si ya hace falta, no ve que aquí es como la ley del más fuerte, el camión se come al carro, el carro a la moto, pero a los de la bici nos tragan todos”. (Rafael Palma, 30 años de ciclista y dos veces atropellado).
Si alguna vez hace el intento de pedalear por la calzada Independencia, del lado poniente, o sea, de la barranca al centro, por favor tome la banqueta, avise de su presencia tocando el timbre cada vez que pase por la entrada a un comercio, bodega, restaurante o taller. No dejará de hacer ring, ring, ring, ring, ring… el lado poniente de la vía está flanqueado por muchos comercios que ya se comieron las fachadas de las casas y pedazos de banqueta.
Se le recomienda dar un respiro en las sombras del parque Morelos. Hidrátese. Móntese a la bici y de ahí en delate ármese de valor, que lo que sigue es cruzar la zona del mercado San Juan de Dios.
Por ahí la banqueta más vale dejársela al peatón, es estrecha y todos van distraídos en los aparadores de tiendas de trebejos. El ciclista (los ciclistas) van por abajo, por los carriles. ¡Atento!, por donde usted irá, es el paso de las 130 rutas de camiones que circulan por la Calzada, no se confíe aunque los vea circular a baja velocidad (14.7 kilómetros por hora), pues más de algún conductor intentará esquivar el congestionamiento entre huecos.
De Plaza Tapatía a avenida La Paz, procure ir atento en cada semáforo, pues casi cada esquina es cruce para los automovilistas que van de oriente a poniente o viceversa, y más de alguno acelera en los últimos segundos de la luz preventiva del semáforo, o dan vueltas continuas.
Si ve a algún ciclista, péguesele. No es lo mismo ir sólo que acompañado, en tramos complicados pueden abarcar el carril izquierdo (es por donde deben ir los ciclistas, según marca el reglamento de tránsito).
Oiga, ¿usted usaría una ciclovía aquí, por la Calzada? “Con o sin ciclovía, me toca todos los días porque es el único camino directo y rápido, si me voy por las calles de al lado se corta el camino”. ¿De dónde a dónde va? “Del estadio a la Nogaleraaaaaa….”, se despide con el pedalazo.