Verdebandera

La CONANP al borde de la extinción

Esta mañana se reúne el Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas; uno de sus miembros, Enrique Jardel, habla en entrevista del peligroso rumbo al que lleva el Gobierno Federal las políticas de conservación

Por: Agustín del Castillo (@agdelcastillo) / Foto principal de Carlos Soberanes en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC)

11 de junio de 2020.- En junio de 2017, el fuego devoraba zonas forestales densas preservadas por 30 años de trabajo en el corazón de la Sierra de Manantlán, en el área correspondiente a Jalisco. Enrique Jardel Peláez, uno de los veteranos defensores de esas montañas, investigador de altos vuelos de la Universidad de Guadalajara y consejero frecuente de las autoridades ambientales, explotó iracundo:

“En Manantlán hubo problemas por las cosas que se dejaron de hacer; por la falta de recursos y por la falta de seguimiento a cosas que hace diez años se habían planteado, el programa de manejo del fuego en la reserva, un programa de manejo que a la hora de la hora nunca se aprobó formalmente, por la resistencia de la Conanp y tener un conflicto idiota a nivel de personas […] así, en parte se quedó en el limbo, nos funcionó la parte de supresión de incendios, pero como no hicimos la parte del manejo de combustibles, en las áreas en que se habían controlado los incendios varios años, fue donde recibimos la parte más severa de los daños de ahora”, refirió.

La sierra, enclavada en territorio jalisciense en 90 por ciento, y colimense en 10 por ciento, tiene su peor registro de fuego en 1998, el peor año para el país, y se acercó en todo el territorio nacional a 900 mil ha de afectaciones; “ya ahorita estamos al nivel del año 2011, que fue otro año critico, pero se quemaron áreas que tenían tiempo sin quemarse. Por ejemplo, la zona núcleo no se quemaba desde 1998”, añadió.

“Esos incendios se podrían eliminar si hubiera un manejo del fuego, asociados a las condiciones del manejo del suelo; por ejemplo, en la costa estaban quemando para combatir garrapatas, en los potreros, y la lumbre se pasó para el monte; esas mismas quemas que tienen como propósito controlar las garrapatas también sirven para controlar combustibles, y no hay razón para que se hicieran de manera clandestina, ya que a final de cuentas se descontrola y hay incendios. Es decir, si hubiera una política del manejo del fuego, algo que queda claro es que no funciona si no hay una gestión adecuada del territorio, si no hay una base de aprovechamiento, si no hay una base institucional, con objetivos claros; entonces nuestras áreas naturales están al garete”.

Al final de esa temporada, el fuego pasó por más de 13 mil hectáreas. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas ya estaba inmersa en un proceso de recorte presupuestal que reducía la capacidad de las áreas protegidas, aparte de que el dinero no llegaba de forma oportuna. El proceso no se detuvo. Enrique Jardel  reconoce hoy que la pesadilla apenas comenzaba.

Enrique Jardel. Foto de Lorena Medina / UdeG

Al 11 de junio de 2020, tres años después, el debilitamiento institucional para manejar áreas silvestres reservadas por la legislación mexicana, es brutal.

“Con el recorte anunciado en abril pasado por la Presidencia de la República, podemos decir que le han quitado el respiradero al paciente intubado. La Conanp está en trance de desaparecer”, señala el investigador en una entrevista telefónica con Verdebandera, una vez que el recorte de 75 por ciento de las partidas 3000 y 2000 del Presupuesto de Egresos de la Federación, bajo el argumento de la austeridad y el desafío de la pandemia de COVID-19 ha empezado a surtir efecto.

Ayer cerraron las oficinas regionales de la península de Yucatán (en Cancún) para no pagar renta. Se han contabilizado casi 200 despidos de personal que estaba bajo convenio con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, lo que dejó sin director a algunas ANP.

Jardel Peláez, miembro del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas, destaca “el hecho de que no hay un reconocimiento cabal por parte de la sociedad, pero parece que tampoco por parte del gobierno, de la importancia de las ANP. Esto es en parte porque se tiene una visión convencional de lo que es la economía, y porque se piensa que las ANP son lugares para conservar animales carismáticos y lugares de belleza escénica, pero no se reconoce la importancia de los servicios ambientales de los ecosistemas, que a final de cuentas son la base para la misma existencia humana: contribuyen al sustento de la gente, de la economía a través de recursos naturales, pero también mantienen actividades productivas, desde agricultura tradicional, ecoturismo, pesca, y son áreas con población significativa, generalmente subestimada, porque hay comunidades afuera de las reserva que tiene tierras al interior de estas. La realidad es que las áreas silvestres en general juegan un papel fundamental en servicios y en producción al mercado, y en abastecimiento de recursos de valor de uso que mantienen a la gente de esos lugares”.

Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar

Conformar la Conanp e impulsar un Sistema de Áreas Naturales Protegidas es un trabajo de más de tres décadas. “Se había logrado un avance en el fortalecimiento de las ANP y en su financiamiento que creció de mediados de los 90 hasta 2012, pero siempre ha habido una brecha entre lo que se asigna y lo que se consigue por proyectos y donativos de instituciones de la sociedad civil. Cuando digo una brecha es que el presupuesto no ha sido suficiente. Pero especialmente en el sexenio pasado se sufrieron varios recortes de ese presupuesto, recortes de personal, y eso mermó la capacidad operativa de la Conanp, también impidió mantener una serie de proyectos con comunidades locales y sectores que trabajan por la conservación”.

Y llegó la administración en funciones. Muchos conservacionistas y científicos que trabajan en el sistema decidieron votar por el candidato que prometía no solo erradicar la corrupción, sino dar al tema de la defensa del medio ambiente un impulso renovado y contundente.

“Entra el gobierno y se reconoce un problema de limitación presupuestal aunque la situación de las ANP era bastante crítica. Eso fue antes del COVID-19. Lo último es el recorte de 75 por ciento de este presupuesto operativo, que merma fuerte. Esto ocurre en un momento en el que atravesamos una situación económica difícil, cae el empleo, hay pronósticos desalentadores de que perderemos uno o dos millones. Agreguemos que muchas de las regiones de las ANP son expulsoras de migrantes, y con la situación de la pandemia hay menos migración e incluso regreso de migrantes. Caen actividades como el turismo, todo nos lleva a una situación en la cual la población rural en condiciones de pobreza, es bastante vulnerable a las consecuencias económicas…”.

Pero además, “cuando hay estas situaciones difíciles, la gente voltea a los espacios naturales como lugares donde se puede obtener algo para vivir, y se desata la presión sobre las ANP. Estamos viendo la explotación maderera ilegal, desmontes para ganado o agricultura, cacería ilegal; cuando ha habido situaciones de crisis es cuando hay esa tendencia. Pero esta situación de crisis yo creo que no tiene precedente. En medio de los recortes no se ve tampoco en el marco de las políticas de recuperación económica que haya consideración especial para las ANP. Se concentra el apoyo en zonas urbanas, y se corre el riesgo que áreas rurales asociadas a las ANP queden olvidadas. Pero lo que se requiere es una estrategia que permita enfrentar la situación actual y valorar y fortalecer las áreas protegidas a pesar de las circunstancias, pesando que son lugares que además de proteger ecosistemas fundamentales, pueden impulsar empleos, proyectos productivos para mercados locales, y atención de áreas marginadas”.

Bajo esa premisa, “instituciones como la Conanp, coordinada con los tres órdenes de gobierno y de la sociedad civil, pueden acompañar una serie de procesos para atender esas dos prioridades. Por eso, la Conanp necesita mantener capacidad operativa, y está bastante mermada”.

 

La nueva economía

– ¿Es el momento de empezar a valorar de otros modos a las ANP, por su verdadera aportación a la economía?

– No solo pueden contribuir de manera muy importante a una respuesta de esta situación en el momento actual, incluso pensando que estamos en la época en que comienzan las siembras, y la actividad madedera después de las lluvias. Pensar que mantener servicios ambientales es mantener fuentes de agua, mitigar desastres naturales y conservar de valores importantes del patrimonio.

– Se ha hablado de la “nueva normalidad” tras el COVID-19, ¿a dónde hay que caminar respecto al papel de las ANP?

– Una de las cosas que pocas veces se aprecian fuera del ámbito especializado, es la relación entre la conservación de ecosistemas y la salud humana; pero está bastante documentado el hecho de que procesos de deforestación están asociados al aumentos de enfermedades transmitidas por mosquitos, malaria o dengue: se deforesta y se crea hábitat de zonas inundables donde prosperan los transmisores de enfermedades; o se elimina hábitat y ciertas especies se mueven o persisten en zonas alteradas y entran en contacto con animales domésticos y con humanos, y activan enfermedades infecciosas; está también el tema de ciertas especies silvestres para alimentación que también pueden asociarse a la transmisión de enfermedades…

– Hay entonces un claro tema de salud pública ligado a la buena conservación de espacios silvestres, además de otros factores de beneficio económico.

– Yo creo que justamente en estos tiempos de pandemia deberíamos reflexionar sobre lo que es realmente la economía; porque siempre pensamos que economía es el intercambio monetario, flujos de capital y generación de ganancias, y hay otras cosas que tiene que ver: la economía es la buena administración de los recursos que sostienen la vida material de los humanos, pero no se asumen los costos económicos de los problemas ambientales, entre ellos las enfermedades; ahora vemos el auge de un elemento que se llaman organismo patógenos y han alertado toda la economía a escala global, y seguimos viendo que hay visión estrecha, deberíamos pensar que no todo es la economía monetaria…

La discusión de esta mañana

El Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas se reunirá esta mañana, de manera virtual, para abordar la preocupación de sus integrantes sobre el tema del financiamiento.

“Es parte del orden del día de la reunión; hemos hablado el tema de una estrategia, es algo por desarrollar y llevaremos elementos para una propuesta. Es importante entender que el gobierno federal mantiene el personal operativo, de guardas, de las direcciones de reserva, de los técnicos de apoyo que trabajan en la Conanp. Pero las ANP dependen de programas y proyectos de otras dependencias; cuenta mucho lo que aporta la Conafor, fuertemente golpeada también por la merma de presupuesto».

«También creo que el papel de los estados puede ser muy importante; por ejemplo, en Jalisco, las ANP coadministradas, como Nevado de Colima, Sierra de Quila y La Primavera, están en condiciones de operación mucho mejores, se han fortalecido sus presupuestos y aunque juntas tienen menos territorio que Manantlán, sus condiciones son mejores. La otra cosa es la integración de distintos proyectos, de alineación de políticas y de programas de gobierno que permiten funcionar a las ANP. Manantlán ha dependido de la colaboración de las juntas intermuniciopales y de la Conafor. Conanp trabaja adentro del polígono, pero afuera, donde se generan muchas presiones, hay otras dependencias. Una buena estrategia de colaboración puede ser la diferencia.

– ¿Y cómo funciona lo de los fondos privados, podrían paliar la ausencia del gobierno federal?

– Esa es una vieja discusión; siempre hemos dicho que el gobierno federal debe asumir la parte que le toca y aplicar recursos fiscales, es un modo en el que la sociedad paga el costo de conservar algo que es valioso para todos, pues todos vivimos de los servicios ambientales. Y los fondos sirven para crecer en proyectos estratégicos; en una situación de crisis pueden paliar la situación, pero son insuficientes, se deben usar cuidadosamente, y aplicar formas que generen sinergias. Además, hay fondos que están etiquetados, para asignarse en cosas definidas, y no se puede tomar tan fácilmente de ahí. En todo caso debe ser algo temporal.

– Esta crisis presupuestal llega en un momento pésimo, porque hay una historia de la pérdida de relevancia del estado mexicano en zonas rurales, y eso deriva que el control territorial pasa a otras manos, como a los criminales, por ejemplo.

– La situación es que hay que reconocer que los espacios que deja el estado nacional, los ocupan otros actores, y más en una situación de crisis. Entonces, el problema es que en el gobierno federal y la presidencia de la república no han reconocido de qué manera estas ANP juegan un papel clave en varios de los temas que este gobierno considera prioritarios: desde la lucha contra la inseguridad y la ilegalidad hasta el desarrollo rural. No se visualiza, y debo decirlo, dentro de la misma cabeza del sector ambiental, no hay una valoración suficiente de las ANP; hay una visión idealista de generalizar lo que ocurre en lugares donde comunidades indígenas han conservado su patrimonio biocultural y hacen un uso sustentable de los recursos; pero se quiere generalizar en todo el país, que es muy diverso y donde las condiciones difieren mucho a esos lugares; en pocas palabras, no es el caso de la mayor parte de los territorios forestales de México ni de las ANP. Entonces uno pensaría que es importante dejar de filosofar en posibles utopías bioculturales y ponerse a trabajar en serio sobre problemas que requieren una estrategia gubernamental coherente, y dejar la parte conceptual para mejores tiempos.

Enrique Jardel. Foto: Adriana González / UdeG

– ¿Un proyecto tan ambicioso como Sembrando Vida puede ser parte de la solución?

– Yo creo que podría estructurarse e integrarse; el problema es que es un proyecto que tiene su propia línea y no ha sido pensado para articularse con otras cosas que ya venían funcionado. La propia lógica de plantar es invertir para futuro, pero necesitamos el ahora; sin olvidar que los grandes programas de reforestación en décadas no han significado verdadero avance.

– Si no se toman decisiones, y por el contrario, se perpetúa el descenso presupuestal, ¿estamos a la puerta de un fracaso total? Hay metas en cambio climático, por ejemplo, la deforestación cero, ante la comunidad internacional.

– Hay una serie de cuestiones, el problema no se reduce a la circunstancia de una pandemia; lo que está pasando nos deja ver la limitada capacidad que tenemos para responder a cosas de esta naturaleza: el cambio climático, la deforestación, la degradación ambiental, la pobreza en zonas rurales, y era para que pudiéramos reflexionar sobre que las cosas ya no van a hacer igual, simplemente la magnitud de la crisis va a tener secuelas para varios año, no se va a resolver con que volvamos a una “nueva normalidad” el 15 de junio, que tampoco nadie define; hay una bronca seria y no se ve un buen camino a seguir.

– ¿No es el momento de que la investigación científica aporte soluciones para mejorar la gestión de las ANP?

– Creo que la pandemia nos agarra mal parados en muchas cosas; ahora mencionaste instituciones de investigación, pero seguimos en la lógica de producir publicaciones para sobrevivir en los sistemas de evaluación para completar salarios y que tengan dinero para proyectos; y estamos muy limitados para pensar en plantear proyectos para una utilidad práctica. Deberíamos de tomar ejemplo de periodos en ciertos campos, como la guerra, cuando ha habido concentración de esfuerzos para obtener y generar avances importantes. Es curioso que con todo el lenguaje bélico que se usa para hablar de la guerra contra la pandemia, no lo pensemos en términos de que si bien no es una guerra contra una cosa microscópica, si se trata de aprender un poco de las situaciones de economía de guerra para pensar lo que vamos a hacer.

Insultos de Obrador a ambientalistas

El cuestionamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador al movimiento ambientalista y su presunto olvido del tema durante las décadas en que se dio el grueso de la devastación de la naturaleza, fue considerado “un insulto” por Jardel Peláez, él mismo, además de científico, un conservacionista activo. “No solo es la cuota de sangre que se ha pagado durante mucho tiempo por defender los bienes naturales, es la zozobra con que todos acudimos a las zonas silvestres a trabajar pese a que las amenazas están siempre latentes”.

El siguiente es listado incompleto de víctimas de personas que han dado su vida por el tema ambiental, varias en el actual sexenio, y que han sido ignoradas por el mandatario, permite tomar una idea de lo complejo que se ha tornado ser defensor ambiental en México.

Eugui Roy (Oaxaca-2020)
Isaac Medardo Herrera (Morelos-2020)
Benito Peralta (Estado de México-2020)
Adán Vez Lira (Veracruz-2020)
Homero Gómez (Michoacán-2020)
José Luis Álvarez (Chiapas-2019)
Jesús Álvarez (Estado de México-2018)
Jesús Javier Ramos (Estado de México-2018)
Miguel Vázquez (Jalisco-2018)
Janeth González (Oaxaca-2018)
Margarito Díaz (Nayarit-2018)
Adrián Tihuilit (Puebla-2018)
Nora Lopez (Chiapas-2018)
Sergio Rivera (Puebla-2018)
Joaquín Díaz (Chihuahua-2018)
Julián Carrillo (Chihuahua-2018)
Quintín Salgado (Guerrero-2018)
Noel Castillo (Oaxaca-2018)
Isidro Baldenegro (Chihuahua-2017)
Salvador Magaña (Jalisco-2017)
Benjamín Juárez (Oaxaca-2017)
Rodrigo Huet (Chiapas-2017)
Gabriel Ramos (Oaxaca-2017)
José Alberto Toledo (Oaxaca-2017).

Agustín del Castillo

Periodista especializado en temas de medio ambiente. Ganador del premio para América Latina de la Fundación Reuters y la UICN en el año 2008. Obtuvo el Reconocimiento Nacional de Conservación de la Naturaleza en 2005, y el premio nacional de periodismo ambiental 2010 patrocinado por la UdeG y Greenpeace. Galardonado en varias ocasiones con el Premio Jalisco de Periodismo.

3 comments

  • Ya buscan reducir su actividad para, mañana alegando falta de resultados, justificar su desaparición. Y aparte de la pérdida del manejo técnico de las áreas naturales, quedarán en manos del más fuerte y bárbaro. ¿Cuándo podremos retirar a la delincuencia que se establezca ahí? Están enturbiando las aguas para justificar mañana esa pérdida como algo fortuito. No menosprecie la inteligencia de el pueblo, señor presidente, que no es ni el único ni el más inteligente del país y lo estamos observando.

  • Solo cuando les aprietan salen bola de asalariados,un ej. En la costa de jalisco siempre protegen a los extranjeros dándoles áreas protegidas y llevándose un dineral a costa de la Flora y la fauna, nunca trabajan por el bienestar social y ahora que les hacen un recoerte(#paramijusto) ahí andan chillando.que dia beneficiaron a los campesinos(al contrario siempre quitandoles tierras derechos)cual ayuda al ecosistema, (tala de árboles lagunas secas ej sayula) y un largo decir.uds. son como los políticos nomas chingando al pueblo.

  • El problema para los ciudadanos es que no queda claro sobre qué razones y supuestos los gobiernos toman sus decisiones. En este caso, conocemos la preocupación de un investigador en la materia de áreas protegidas, pero no aparece en la entrevista un diálogo con la visión del gobierno. Nos quedamos con la mitad de la película, y no sabemos si hay mecanismos alternativos, sugeridos por los propios académicos, para paliar la disminución de recursos. En pocas palabras, en este caso, como un muchísimos más, pareciera que el criterio de actuación del gobierno es la irracionalidad, y no creo que sea así de simple.